Si a alguien debe de admirar a Javier Milei ese es Pablo Iglesias. Porque el libertario argentino ha llevado a la práctica con éxito los postulados electorales heréticos del ultraizquierdista español respecto a su tradición. La táctica del podemita para sacar a la extrema izquierda del marasmo político y electoral pasaba por desafiar tres dogmas de la izquierda partidista española, de Carrillo a Anguita, que llevaron a la fosilización del aparato burocrático al estilo leninista tan caro a la vieja guardia roja.

En primer lugar, el hiperliderazgo. En lugar del liderazgo difuso de una izquierda que se pretendía colectivista y de movimiento de base, Pablo Iglesias y los suyos apostaron por un hiperliderazgo carismático alrededor de una figura mesiánica. Podemos apostó por centrar todo su poder mediático en la figura de su líder, Pablo Iglesias, lo que fue copiado luego por Ada Colau, Manuela Carmena, Iñigo Errejón, Yolanda Díaz y el golpista Puigdemont que llegaron a poner su cara en las papeletas electorales de sus formaciones. El gran problema con el liderazgo de Iglesias es que no tenía la suficiente entidad intelectual y política para que otros no se sintieran con el derecho y la capacidad de desafiarlo. Véase Errejón, el Saint Just que traicionó a su Robespierre. Sin embargo, a Javier Milei le sobra el talento académico y el talante histriónico que son el talón de Aquiles de Pablo Iglesias.

El segundo vector del planteamiento heterodoxo que llevó a cabo Pablo Iglesias es acabar con la retórica de derechas contra izquierdas para introducir otra dicotomía, la de las castas contra la mayoría social. Pero el propio Pablo Iglesias se convirtió rápidamente en casta, casoplón de millón de euros mediante. En esta ocasión nadie le neutralizó, sino que fue su falta de fibra moral lo que le hundió la fosa electoral. Milei también ha obviado la dicotomía izquierda vs. derecha desde su posicionamiento libertario, lo que le ha permitido cargar contra las élites habituales económicas y políticas, alzándose en el representante de esa mayoría social argentina que no tiene reparos en llamar "zurdos de mierda", basura comunista y escoria totalitaria a los adversarios políticos. A diferencia de los políticos usuales, funcionarios de la partidocracia, que hablan siguiendo un guion tan ortopédico como falso, Milei fue hasta el final el campeón de los desfavorecidos por la inflación y el supercrítico del statu quo peronista. Pero, claro, es más fácil ser un subversivo con causa teniendo detrás a Murray Rothbard y Ludwig von Mises que a Toni Negri y Ernesto Laclau.

Por último, Milei ha sabido aprovechar mucho mejor que Iglesias el tercer vector de la táctica de este último: asaltar el poder aprovechando una cita electoral significativa y poniendo toda la carne en el asador, en lugar de apostarlo todo por la emergencia de una mayoría social a través del asociacionismo, las asambleas y demás forma de participación popular. Milei ha basado su éxito en una táctica política construida de arriba hacia abajo, emulando la manera en que grandes líderes –de Lenin a Hitler, de Roosevelt a Thatcher– arrastraron a las masas en lugar de ser estas el motor del cambio social.

En suma, Javier Milei ha triunfado estrepitosamente desde el libertarismo de derechas donde ha fracasado espectacularmente el comunismo posmoderno de Pablo Iglesias. Es cierto que es mucho más difícil triunfar en una situación estable como España y no al borde del caos como Argentina. Por no hablar de que es menos complicado enfrentarse a un ministro que es profeta de la hiperinflación, como era Massa, que a un tiburón especializado en devorar pececitos (Casado, Rivera, Montero… el propio Iglesias) como es Pedro Sánchez. Pero también es cierto que donde falló Pablo Iglesias han tenido un relativo éxito tanto Ada Colau como Yolanda Díaz, incluso su némesis particular, su Judas laico, Iñigo Errejón.

QOSHE - Lo que Javier Milei aprendió de Pablo Iglesias - Santiago Navajas
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Lo que Javier Milei aprendió de Pablo Iglesias

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19.12.2023

Si a alguien debe de admirar a Javier Milei ese es Pablo Iglesias. Porque el libertario argentino ha llevado a la práctica con éxito los postulados electorales heréticos del ultraizquierdista español respecto a su tradición. La táctica del podemita para sacar a la extrema izquierda del marasmo político y electoral pasaba por desafiar tres dogmas de la izquierda partidista española, de Carrillo a Anguita, que llevaron a la fosilización del aparato burocrático al estilo leninista tan caro a la vieja guardia roja.

En primer lugar, el hiperliderazgo. En lugar del liderazgo difuso de una izquierda que se pretendía colectivista y de movimiento de base, Pablo Iglesias y los suyos apostaron por un hiperliderazgo carismático alrededor de una figura mesiánica. Podemos apostó por centrar todo su poder mediático en la figura de su líder, Pablo Iglesias, lo que fue copiado luego por Ada Colau, Manuela Carmena, Iñigo Errejón, Yolanda Díaz y el golpista Puigdemont que........

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