El reporte de Naciones Unidas sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición de Noviembre de 2023 establece que hay un doble problema en la región, hambre y obesidad. Si pensamos que la base de una economía es su población, el hambre y la obesidad son la base de un problema que afecta a todos.

Mientras que un 6.5% de la población en América Latina sufre de hambre, o el equivalente a 43 millones de personas, el 62.5% tiene alguna forma de obesidad. Todos los grupos de edad están afectados por la obesidad, el 8.6% de los niños menores a 5 años, el 33.6% de los adolescentes, y el 80% de las personas de 20 años o más. América Latina tiene las cifras más grandes de todo el mundo en obesidad adolescente.

Las personas que tiene desnutrición por hambre o problemas de obesidad enfrentan riesgos a su salud. Los más altos riesgos están con las personas que pasan hambre. Entre los más sobresalientes de largo plazo está un bajo rendimiento cognitivo que reduce el nivel de productividad y riesgo de sufrir obesidad en edad adulta resultando en altos riesgos de enfermedades no transmisibles. Entre los riesgos de la obesidad están la diabetes tipo 2, las enfermedades coronarias del corazón, la hipertensión.

Existen muchas investigaciones para explicar los números tan altos de obesidad. Normalmente se centran en el tipo y cantidad de comida, así como también la disminución de la actividad física. El comer más de lo que se gasta en las actividades diarias contribuye a la obesidad. Pero también hay otras teorías relacionadas con el cambio de las microbiotas por el consumo elevado de comidas procesadas.

La intervención de los gobiernos es importante para detener la epidemia de la obesidad. Es importante que las personas tomen consciencia de la importancia de mantener la salud con pequeñas acciones. Es importante preparar las comidas en casa ya que utilizan productos básicos sin procesar, realizar ejercicios y volver a entornos verdes para fomentar el disfrute de la naturaleza.