Sabemos que Bolivia tiene una tradición histórica de saqueo y tal vez por ello mismo tengamos una cultura política a la que el medioambiente le vale un rábano.

La mayoría de autoridades y funcionarios públicos en todos los niveles de gobierno siempre están ocupados en sus mezquinas y patriarcales peleas intestinas por el poder y/o en ver cómo sacar beneficios personales y particulares de algo que debería considerarse un servicio público.

Por otra parte, no existen los déspotas sin los esbirros, la maquinaria de la corrupción y la mala gestión pública no funcionaría sin la tropa de seguidores acríticos, sumisos y convenencieros que arrastra cada caudillo que se presenta. Finalmente, parte de la población boliviana de todos los estratos sociales adquirió el pensamiento dominante feudal que persiste en el país, y asume que arrasar con la naturaleza es sinónimo de “progreso” y “desarrollo”.

En ese sentido, que el medioambiente les importa un rábano está siendo demasiado evidente hoy, en el mero presente, en Bolivia.

Cada año lo más importante de un Estado, el bien común, se quema impunemente. Cada año incendiamos el oxígeno que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos y la posibilidad de sobrevivencia de generaciones futuras. Cada que se incinera el bosque, las áreas protegidas, se quema el oxígeno, el agua, nuestros alimentos en equilibrio. Y se destruye la esperanza de una vida digna para todos/as/es a futuro. ¿Y en qué están la mayoría de nuestras autoridades y funcionarios/as (y la tropa de sumisos/as que los sigue sin chistar)? Pues, para variar, en las mezquinas pugnas partidarias, calculando los espacios de poder y las cuotas, colocando zancadillas al adversario político, en discusiones retóricas inútiles, buscando de dónde sacar la “mordida”, como dicen los mexicanos. Y el medioambiente les vale un rábano. Al contrario, ¿acaso no están detrás de los gobiernos de turno la primacía de los intereses de agroindustriales, especuladores de tierra, mineros, petroleros, etc. que son los que queman el país?

Otro síntoma de que el medioambiente les vale un rábano, esta vez en lo local. En Cochabamba, la ciudad más contaminada de Bolivia y entre las primeras en América Latina, respiramos humo malsano que se puede apreciar desde cualquier vista panorámica de la ciudad. Últimamente, nos achicharramos de calor insano. Cualquiera que saque las posaderas de su sedentario auto sabrá que caminar por gran cantidad de zonas en Cochabamba es un verdadero infierno insalubre por falta de sombra de árboles y ausencia de áreas verdes que purifiquen y refresquen el ambiente.

Y mientras en los desiertos naturales el ser humano se esfuerza por crear oasis verdes para sobrevivir, en Cochabamba el ser humano es quien insiste en convertir un vergel en desierto, en Cochabamba las mismas gestiones municipales sistemáticamente la han ido pelando de árboles y de áreas verdes a nombre de proyectos de inversión pública de dudosa utilidad, ello sin contar la desidia institucional frente a sus ríos, lagunas, cerros y áreas protegidas. El resultado arroja cifras que son para llorar y que ilustran el grado de deforestación que alcanzó: En 2017 la ciudad de Cochabamba contaba con un 2,5% de cobertura arbórea, una densidad de 0,031 de árboles por metro cuadrado y tan sólo con 5,65 m2 de superficie verde por habitante (GAMC, 2017). ¿Y en qué están la mayoría de nuestras autoridades y funcionarios/as (y la tropa de sumisos/as que los sigue sin chistar)?

Pues eliminando árboles con cualquier motivo, sacando molles del paso de borrachos al volante, pretendiendo gastar millones de nuestros recursos públicos en nada más y nada menos que distribuidores vehiculares y ello en una ciudad atestada de contaminación por el exceso de automotores.

¿En las condiciones ambientales de Cochabamba, acaso no es sensato u obvio promover e incentivar el uso de la bicicleta y otorgar mejores condiciones a peatones, en lugar de entregar caras “facilidades” a los automotores? Y, además, ¿qué hay de distribuidores vehiculares que restaron y/o pretenden restar áreas verdes y mover árboles? ¿En las actuales condiciones ambientales de Cochabamba, nos daremos el lujo de seguir disminuyendo las áreas verdes y quitando árboles? Sin embargo, de seguro ello no les escuece siquiera, dado que el medioambiente les vale un rábano.

QOSHE - El medioambiente les vale un rábano - Rocío Estremadoiro Rioja
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El medioambiente les vale un rábano

5 0
06.12.2023

Sabemos que Bolivia tiene una tradición histórica de saqueo y tal vez por ello mismo tengamos una cultura política a la que el medioambiente le vale un rábano.

La mayoría de autoridades y funcionarios públicos en todos los niveles de gobierno siempre están ocupados en sus mezquinas y patriarcales peleas intestinas por el poder y/o en ver cómo sacar beneficios personales y particulares de algo que debería considerarse un servicio público.

Por otra parte, no existen los déspotas sin los esbirros, la maquinaria de la corrupción y la mala gestión pública no funcionaría sin la tropa de seguidores acríticos, sumisos y convenencieros que arrastra cada caudillo que se presenta. Finalmente, parte de la población boliviana de todos los estratos sociales adquirió el pensamiento dominante feudal que persiste en el país, y asume que arrasar con la naturaleza es sinónimo de “progreso” y “desarrollo”.

En ese sentido, que el medioambiente les importa un rábano está siendo demasiado evidente hoy, en el mero presente, en Bolivia.

Cada año lo más importante de un........

© Los Tiempos


Get it on Google Play