El tiempo es el gran escultor. Elimina los excesos, desinfla los egos y desvela la verdad detrás del maquillaje de la mercadotecnia política. Con Podemos el tiempo ha hecho su trabajo dejándonos aquel paquidermo convertido en el actual gatito con mala leche que vemos dar sus últimos zarpazos al aire, a la nada.

Ya en el chasis, se ve perfectamente la arquitectura sectaria que siempre tuvo. Un líder (ahora en la sombra), un cuerpo de súbditos que coreaba al líder en consultas tipo plebiscito y unos cuantos comisarios políticos delatando a la disidencia interna en purga constante.

La lástima es la enorme cantidad de dinero que se han metido en los bolsillos en el trayecto en sueldazos que bien se pudieron destinar a verdaderas políticas sociales sin la pobre retórica de estos profes de cuarta categoría que un día creyeron que era posible bolivarizar un país demasiado sabio que finalmente les mostró su sitio en la marginalidad que ahora abrazan.

Ya sólo quedan de los padres fundadores ese Iglesias en el que ya no confía ni su resignada sombra y el patético ideólogo Monedero, un aspirante a teórico de izquierdas que siempre pensó desde su apellido, defecto más que habitual entre los que aún pretenden apresar la realidad entre las paredes de un pensamiento meramente economicista.

Peleados ambos y ya sin casi acólitas beatas dispuestas a inmolarse en cuerpo y alma por la verdad revelada en la que un día creyeron. Con una estructura reducida a lo básico después de las deserciones sin fin de un partido con maneras de la más rancia izquierda disfrazado de modernidad y transversalismo.

Sumar se comió lo poco que quedaba por roer de este engendro nacido de las circunstancias, este contubernio que acabó desilusionando a los suyos y a los de enfrente en su delirio final con empachera de cultura de género, ese disloque libera-violadores que acabó devorado a base del ‘transmachismo’ al que le abrieron la puerta de los derechos sin fin sin casi compromisos.

A punto ya de dar la extremaunción a esa reliquia del partido que casi llega a gobernarnos sólo resta confirmar lo que tantos vieron y dijeron del exceso de personalismo y ambición que llevaba en su germen este mal sueño del que despertamos conforme sus autores pasaron uno por uno por la consulta del psicoanalista.

QOSHE - La secta podemita - César De Requesens
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La secta podemita

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31.01.2024

El tiempo es el gran escultor. Elimina los excesos, desinfla los egos y desvela la verdad detrás del maquillaje de la mercadotecnia política. Con Podemos el tiempo ha hecho su trabajo dejándonos aquel paquidermo convertido en el actual gatito con mala leche que vemos dar sus últimos zarpazos al aire, a la nada.

Ya en el chasis, se ve perfectamente la arquitectura sectaria que siempre tuvo. Un líder (ahora en la sombra), un cuerpo de súbditos que coreaba al líder en consultas tipo plebiscito y unos cuantos comisarios políticos delatando a la disidencia interna en purga........

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