Ángel López

Y de repente, como si de un milagro navideño se tratara, o de un regalo de Reyes anticipado, Imanol Alguacil dispuso de todos sus jugadores, absolutamente todos, en dos entrenamientos, aunque luego dejó a Aritz fuera de la lista. No es baladí lo que es capaz de hacer (y deshacer) la mente, también la de un futbolista. Y si no, que se lo digan al bueno de Zuhaitz Gurrutxaga, que lo explica bien su libro ‘Subcampeón’. Las buenas dinámicas y las ilusiones futuras curan las heridas y minimizan los problemas físicos. Todos quieren estar, no vaya a pasar algo grande. También lo quiso Take Kubo, pero después del partido de hoy tendrá que marcharse a Catar para disputar con Japón la Copa Asiática, que, de manera incomprensible, se celebra en enero y parte de febrero. Increíble que se permita este atropello. La plenitud le durará poco a Imanol, sólo los primeros días del año, ya que, además del nipón, se irán Traoré y Sadiq a la Copa Asia. En todo caso, qué 2024 se le presenta a la Real. Y si es un milagro que Imanol pueda contar con todos -hubo momentos de la pasada campaña en las que faltaron 10 jugadores por lesión- también lo sigue siendo que este humilde club de esta pequeña provincia de 700.000 habitantes que le alimenta de jugadores siga peleando entre los más grandes de Europa. La Real arranca 2024 con posibilidades de derrotar al PSG en los octavos de Champions, con licencia para soñar en repetir gloria copera y con el propósito de alcanzar su quinta participación europea consecutiva. El año está para comérselo como si fuera un Panettone con pepitas de chocolate. Nos queda paladearlo y saber degustarlo. Lo primero, en el partido contra ‘la otra Real’, el Alavés. Urte berri on.

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Este pequeño milagro

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02.01.2024

Ángel López

Y de repente, como si de un milagro navideño se tratara, o de un regalo de Reyes anticipado, Imanol Alguacil dispuso de todos sus jugadores, absolutamente todos, en dos entrenamientos, aunque luego dejó a Aritz fuera de la lista. No es baladí lo que es capaz de hacer (y deshacer) la mente, también la de un futbolista. Y si no, que se lo digan al bueno de Zuhaitz Gurrutxaga, que lo explica bien su libro........

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