Albert Montagut

El hecho de que los jugadores más jóvenes en defender la camiseta de la selección española suelan proceder del FC Barcelona es, ciertamente, un dato para que los barcelonistas se sientan orgullosos. Bueno, quizá no todos, porque las personas más próximas a las tesis independentistas, no ven con buenos ojos el momento en que jugadores del Barça se enfundan la roja.

Andoni Zubizarreta en cierta ocasión explicó que fue llamado al orden cuando ocultaba la bandera española en el pliegue de sus medias. Antes la selección vestía de rojo, pantalones azules, y unos calcetines negros con el ribete rojo-amarillo-rojo. Según contaba Zubizarreta alguien de la federación le preguntó sobre el tema, pero el guardameta, hábil, siguió haciendo el pliegue donde a él le gustaba, hasta que completó su paso por la selección con 126 partidos internacionales. Luis Miguel Arconada aprovechó su condición de guardameta para solucionar el tema identitario luciendo unas medias blancas. Oleguer Presas, el defensa del Barça, se negó incluso a ir a la selección por motivos políticos en 2008.

Pero más allá de la política, está el deporte. Y son muchos los jugadores que juegan con la selección e intentan abstraerse de polémicas, banderas, colores y temas similares. Les interesa jugar al fútbol al más alto nivel y la posibilidad de jugar con su selección una Eurocopa y un Mundial, en el caso de los europeos, es primordial para ellos y es entendible. Es por esa razón que cuando un jugador es convocado por primera vez para concentrarse con la selección de su país sea un motivo de celebración.

Ansu Fati, Gavi, Lamine Yamal y Pau Cubarsí son los jugadores del Barça más jóvenes en aceptar su internacionalidad con la selección. Yamal fue el más joven en debutar. Lo hizo contra Georgia el 8 de septiembre de 2023 cuando sólo tenía 16 años, un mes y 26 días. Gavi, por su parte, lo hizo con 17 años, dos meses y un día.

La presencia de estos jugadores tan jóvenes en la selección ha hecho activar el protocolo de protección del menor de la Real Federación Española de Fútbol. Es interesante saber que Yamal o Cubarsí disfrutarán de un entorno seguro que les protegerá de novatadas, abusos sexuales, acoso, abusos físicos, bullying, ciberbullying, e incluso, maltratos físicos. También deberán entregar la autorización de sus padres o tutores para poder viajar con la selección, que hoy mismo se enfrenta a Colombia en el estadio olímpico de Londres.

Es entendible que la RFEF quiera contar en todo momento con los mejores, pero no es justificable que la Federación explote a los futbolistas más jóvenes, intentando que jueguen en dos categorías diferentes para poder aspirar al máximo en diferentes campeonatos.

Pedri tuvo un exceso de partidos en la temporada 2020-2021. Jugó 73 encuentros con la Eurocopa y los Juegos Olímpicos incluidos. Su sobrecarga le causó lesiones que todavía arrastra, y Gavi sufrió una rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y una lesión asociada al menisco lateral durante un partido con la Roja en noviembre del pasado año. La lesión, que nadie puede relacionar científicamente con un exceso de partidos, le ha impedido jugar toda esta temporada.

Las lesiones llegan cuando llegan, pero es cierto que en los momentos en los que los jugadores aún están en desarrollo, una agenda muy cargada va en contra de sus intereses.

Nadie les obliga a ir a la selección si aducen que no están preparados. De hecho, todos están encantados de viajar a Las Rozas, pero es evidente que, si existen protocolos de defensa del menor, uno de los puntos más importantes debería ser el de la sobrecarga de partidos. Es de esperar que Lamine Yamal o Cubarsí puedan jugar en la máxima categoría muchos años, pero a partir de este momento, la RFEF debería olvidarse de incluirles en categorías inferiores.

Hay tres temas intrigantes en relación con Arabia Saudí. El primero es su silencio ante el conflicto de Gaza; el segundo, su obsesión por formar parte de la sociedad de naciones democráticas al coste que sea, y el tercero, relacionado con el segundo, su obsesión por atraer con fabulosas cantidades de dinero a las más rutilantes estrellas del mundo del deporte en una clara y descarada práctica del sportwashing.
En España sabemos de qué va este tema desde hace ya varios años, cuando la RFEF dirigida por Luis Rubiales decidió que se jugara allí la Supercopa de España, en contra de la opinión de muchos aficionados, clubes y deportistas. En los dos últimos años en plena polémica por la presencia de equipos españoles en aquella polémica finalísima, golfistas como Sergio García y Jon Rahm, el piloto Fernando Alonso o el tenista Rafael Nadal se han unido a la cruzada saudí. Son libres de hacer lo que crean, faltaría más, pero es de suponer también que saben que en aquel país hay ejecuciones, lapidaciones, amputaciones y torturas a homosexuales.
Ahora, cuando trasciende que la Guardia Civil sospecha que Rubiales pudo utilizar su ‘business’ en Arabia Saudí para cometer presuntamente delitos relacionados con la corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales, el debate de la Supercopa de España debería replantearse. Más allá de lo que pudieran hacer los saudís, lo importante es renunciar a aquel contrato y esperar las indagaciones policiales y decisiones judiciales que vayan a determinar y determinen qué pasó. Este caso debería ser suficiente para romper los lazos de la RFEF con Arabia Saudí. Por si acaso.

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Alerta Roja

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22.03.2024

Albert Montagut

El hecho de que los jugadores más jóvenes en defender la camiseta de la selección española suelan proceder del FC Barcelona es, ciertamente, un dato para que los barcelonistas se sientan orgullosos. Bueno, quizá no todos, porque las personas más próximas a las tesis independentistas, no ven con buenos ojos el momento en que jugadores del Barça se enfundan la roja.

Andoni Zubizarreta en cierta ocasión explicó que fue llamado al orden cuando ocultaba la bandera española en el pliegue de sus medias. Antes la selección vestía de rojo, pantalones azules, y unos calcetines negros con el ribete rojo-amarillo-rojo. Según contaba Zubizarreta alguien de la federación le preguntó sobre el tema, pero el guardameta, hábil, siguió haciendo el pliegue donde a él le gustaba, hasta que completó su paso por la selección con 126 partidos internacionales. Luis Miguel Arconada aprovechó su condición de guardameta para solucionar el tema identitario luciendo unas medias blancas. Oleguer Presas, el defensa del Barça, se negó incluso a ir a la selección por motivos políticos en 2008.

Pero más allá de la política, está el deporte. Y son muchos los jugadores que juegan con la selección e intentan abstraerse de polémicas, banderas, colores y temas similares. Les interesa jugar al fútbol al más alto nivel y la posibilidad de jugar con su selección........

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