Albert Montagut

Habría que hacer algo con la reflexión de Ilkay Gündogan tras el Clásico FC Barcelona-Real Madrid CF; una pancarta, repartir ‘flyers’ en Montjuïc con el texto completo, leérsela a los jugadores antes de cada partido... pero de momento, recordémosla: ”Quiero ser sincero, pero sin pasarme, porque no quiero decir nada que no toque decir. Vengo del vestuario y obviamente la gente está decepcionada, pero después de un partido tan importante y de un resultado negativo, me gustaría ver más rabia y decepción. Y esto es parte del problema. Aflorar más cuando pierdes. Y cuando sabes que puedes jugar mejor, o hacerlo mejor en determinadas situaciones, y no reaccionas, esto se traslada al campo. Debemos crecer mucho en este sentido porque si no, el Madrid o incluso el Girona se nos escaparán. No he venido aquí para perder así este tipo de partidos o permitir que se abran estas diferencias. Yo también tengo responsabilidad como jugador veterano por no permitir que el equipo piense así. Nos hace falta resistencia”.

Gündogan hizo esta reflexión sin tener en cuenta que el Barça es más que un club, de eso está claro. No pensaba el jugador alemán que aquí las derrotas hacen daño, pero tanto el club como parte de los aficionados están también para otras cosas, la política, pitar el himno de la Champions, que no tiene nada que ver que estar en contra de la UEFA, y otros tics que han conducido al Barça a una situación compleja. Fútbol, fútbol y fútbol es lo que necesita el Barça, y durante un par de décadas. Hay demasiados problemas en el entorno y desde hace años los jugadores no reciben reprimendas deportivas. Las ocurrentes pancartas electorales, los enfrentamientos contra madridismos sociológicos, el autoexcluirse de la elite del fútbol mundial, la salida de Leo Messi, la asistencia masiva de directivos a la gala del Balón de Oro... son unos ejemplos de que el Barça está disperso. Además, el equipo no parece preparar los partidos como finales y algunos resultados de esta misma Liga lo demuestran.

El “mejor Barça” al que se refiere Joan Laporta va a costar de ensamblar. Puede que existan los mimbres, pero el equipo sigue inmerso en la leyenda de que es el mejor club del mundo sin que sea del todo cierto y continúa sin ofrecer la cara competitiva con la que se ganan los campeonatos si no tienes a Messi en tus filas.

Gündogan, explican ahora, que ya se sintió un poco defraudado con el comportamiento del club a su llegada. Es verdad que para muchos aficionados su fichaje no fue ilusionante como lo fue el de Robert Lewandowski, pero Gündogan, no hay que olvidarlo, levantó como capitán del City la última Champions. Tiene todo el derecho a tomar las riendas de este equipo donde se mezclan jugadores muy jóvenes con jugadores... no tan buenos como los de temporadas anteriores. Creerse el ombligo del mundo y pensar que el FC Barcelona es lo más grande del universo es un error, porque es una percepción errónea. Hay que ser más pragmáticos y quitarles también a los jugadores excusas en las que escudan su falta de mordiente.

De lo que se trata es de ganar, y de tener un espíritu guerrero con el que se hubiera pasado al Liverpool y, sin duda, se hubiera ganado el partido del pasado domingo en Montjuïc. Hay que apretar e ir a por todas.

Si un veterano y recién llegado confirma que la cosa no va por donde tiene que ir y tiene, además, la capacidad y las agallas de decirlo, es que el problema es mucho más profundo de lo que parece. Esperemos que las palabras del jugador alemán tengan efecto.

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El efecto Gündogan

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03.11.2023

Albert Montagut

Habría que hacer algo con la reflexión de Ilkay Gündogan tras el Clásico FC Barcelona-Real Madrid CF; una pancarta, repartir ‘flyers’ en Montjuïc con el texto completo, leérsela a los jugadores antes de cada partido... pero de momento, recordémosla: ”Quiero ser sincero, pero sin pasarme, porque no quiero decir nada que no toque decir. Vengo del vestuario y obviamente la gente está decepcionada, pero después de un partido tan importante y de un resultado negativo, me gustaría ver más rabia y decepción. Y esto es parte del problema. Aflorar más cuando pierdes. Y cuando sabes que puedes jugar mejor, o hacerlo mejor en determinadas situaciones, y no reaccionas, esto se traslada al campo. Debemos crecer mucho en este sentido porque si no, el Madrid o incluso el Girona se nos escaparán. No he venido aquí para perder así este tipo de partidos o permitir que........

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