Carles Rexach

La grave lesión de Gavi y las que ha habido en este nuevo parón de partidos de selecciones deberían abrir de una vez ya el debate: no se puede exprimir tanto a la gallina de los huevos de oro, porque si no, al final, nos quedaremos sin gallina y sin huevos. Es curioso, porque a Gavi le hemos visto jugar tantas veces con tanta pasión que nos hacía sufrir, por ejemplo, al ir a cabecear un balón a ras de suelo... pues a la hora de la verdad se ha roto casi solo, de la forma más tonta. Eso me hace pensar que en el fútbol, a nivel global, está pasando algo y no es bueno. La paradoja está servida: hay mejores campos, mejores botas, más control físico, más alimenticio, más médicos... y resulta que los jugadores se rompen más que nunca y antes que nunca. Sería cuestión de que los sabios del tinglado lo estudien a fondo, pero así, a bote pronto, ya me chirría que en pleno mes de julio los futbolistas pasen en cuatro días de ir con chancletas a jugar contra el Madrid o el Bayern y, en cambio, a media temporada se monte un Francia-Gibraltar para que acabe 14-0. Las ‘costelladas’ son para el verano; o eran... ¿Alguien no ha caído en que la mayoría de lesiones graves ocurren al principio de temporada? Antes, te pasabas casi un mes aburrido sin ver un balón, corriendo por montañas, para al cabo de unas cuantas semanas jugar ¡al fin! contra un equipo de regional. Y de ahí, a más, hasta acabar jugando 30 y no 38 partidos de Liga, unos cuantos en Copa de Europa o en la UEFA, otros en la Copa y tres o cuatro por año de selección, no diez o doce. Vayan contando partidos... y encima, con el peso de ganar todo porque “somos un grande”. ¿Y el futbolista?

El gran objetivo de todo esto es querer hacer dinero y me da la sensación de que, en general, más que ganar más, lo que hay que hacer es gastar menos. No sé quién ha de plantarse, pero si los clubs, los futbolistas, las Federaciones, las ‘FIFAS’, las ‘UEFAS’ y todo el que tenga voz no frena, esto definitivamente se irá de las manos. Aquí sólo se darán cuenta del sinsentido el día en que llegue un Mundial y se encuentren con Messi, Mbappé, Cristiano y Haaland lesionados. Entonces, a correr.

Gavi sería titular con todos los técnicos

Para calibrar el impacto de la pérdida de Gavi para el Barça se me ocurre una cosa: sería titular con cualquier entrenador del mundo. Este futbolista es “ese chico para todo” que, además de jugar bien, pone el listón del interés siempre en lo más alto. No es nada fácil dar con uno así. También digo, sin embargo, que ausencias que puedan hundirte una temporada son las del ‘elegido’. Por ejemplo, si te falta Messi, ese fubolista capaz de ganar partido tras partido con su genialidad. El Barça, como club grande, debe estar siempre alerta respecto al mercado por si se le presenta un mirlo blanco que le dé recursos a la plantilla. Y, si no, tirar de la cantera, que para eso está. Quedan centrocampistas y recursos para pelear por los títulos