Carles Rexach

Fue una lástima que la mejoría del Barça en el juego que hubo ante el Valencia no se rentabilizara en el marcador. De todo lo que está pasando esta temporada los detalles que menos me gustan están bastante claros. Fuera del campo, no creo conveniente que, desde las altas instancias del club, estén diciendo dos veces por semana que confían en el entrenador, porque ese mensaje, de tan repetido, suele acabar generando precisamente el efecto contrario. En cuanto a lo que ocurre en el campo, lo que resulta más inquietante es que se tropiece tantas veces en la misma piedra: hay gol o hay ocasión clamorosa del rival al principio de muchos partidos, los últimos en Amberes y Valencia. Otra cuestión que me llama la atención y que creo que es francamente mejorable se refiere a los duelos individuales. El fútbol, muchas veces, tiene una explicación muy sencilla: tú puedes esmerarte mucho en trabajar previamente la idea de un partido pero, al final, si sobre el césped los futbolistas no se llevan las segundas jugadas, no llegan un segundo antes que el rival o no meten la cabeza con más fe que el de enfrente “ja has begut oli”. En general, con la excepción de Araujo, estoy echando de menos mucha más agresividad individual, sobre todo en gente que, como los defensas, el valor se les supone. Viendo alguno de estos partidos recientes me imaginé a un Puyol, a un Migueli, a un Gallego o a un Costas en esos balones sin dueño que tantas veces se ganan por puro deseo.

Esa necesidad de aumentar la agresividad personal en cada acción me parece urgente para aspirar a mejorar el rendimiento colectivo del equipo. Tácticamente, creo que a este Barça lo que mejor le ha sentado es poblar el centro del campo para intentar que el partido no sea un correcalles, un plan que suele favorecer más a los rivales. En Mestalla fue frustrante que el Valencia aprovechara para empatar su única ocasión tras la inicial. Con 0-1, el Barça debió haber evitado ya que pasaran cosas. Pero se ha perdido la facilidad para marear la perdiz, aquello que en un pasado reciente fue criticado y que yo también añoro.

Es verdad que un mal día te puede costar seguir en la Champions, pero eso es algo que vale para todos. Por eso, teniendo en cuenta que en la Liga hay ahora bastantes más puntos de desventaja y más rivales por delante, creo que para el Barça llegar lejos en la competición europea, incluso aspirar a ganarla, sería más factible que la propia Liga. De acuerdo, te tiene que venir todo de cara, desde los rivales de los cruces a la inspiración del día de partido o la suerte puntual. Pero no veo que haya que renunciar a soñar de verdad con hacer algo grande. Para eso hay que creérselo antes, luego evitar los regalos y convencerse de que, seas más o menos favorito, en un torneo del K.O. se puede llegar muy lejos en muy pocos partidos.