Carles Rexach

Desde luego, fue una lástima no aprovechar los tropiezos del Madrid y el Girona para acechar el liderato en LaLiga. Era el día para sacar tajada, aunque debo decir que un empate en el campo del Athletic es algo que debería poder asumirse. El problema es haber regalado tanto otros días.

En San Mamés el Barcelona volvió a ser un equipo vulgar, con pocas ideas, pero hay que tener en cuenta que al Barça estos equipos como el Athletic, el Osasuna o el Mallorca, equipos que presionan mucho y hombre a hombre, le dificultan el juego. También le pasó al Girona: el Mallorca marcó hombre a hombre, con mucha intensidad y muchas faltas. Eso no les va bien ni a uno ni a otro.

Es un estilo que supone un cierto regreso al pasado, a los marcajes individuales, al fútbol de los setenta. Obliga a jugar largo, a ganar duelos constantemente y hacer un juego más físico, menos ligado y más roto. Y eso al Barça, en principio, no le encaja.

Como he dicho, no veo que sea un resultado tan malo. El Barça no estuvo cómodo, pero tampoco permitió que el Athletic dominase. Se puede permitir un empate en Bilbao, no es una cantada. Una cantada es el 3-5 del día del Villarreal, o no ganar al Girona, rival directo, en casa. Esos dos partidos son seis puntos de golpe. Por no hablar del empate en casa ante el Granada. Esas sí fueron cantadas. Pero en San Mamés puedes empatar. Y es extraño, porque históricamente el Barça lo hace bien en casa y falla a domicilio.

Ahora lo que tiene que hacer el Barça es intentar ser segundo. Aunque en Bilbao el Barcelona solamente dejó de sumar dos puntos, LaLiga sí se ha puesto muy difícil. Con el Clásico por jugarse y seis puntos de desventaja, el Barcelona necesitaba ganar en el Bernabéu y que el Madrid perdiese otro partido o empatase dos. Ahora, necesita ganar el enfrentamiento directo y un mínimo de dos tropiezos blancos más. Y no bastaría con dos empates madridistas, debería haber al menos una derrota en esos tropiezos.

Da la impresión de que no hay margen para tanto despiste del Madrid. Desde luego, fue una lástima no haber aprovechado el tropiezo. Ha habido críticas a Xavi por los cambios, sobre todo por no haber dado entrada a Vitor Roque o Marc Guiu cuando hacía falta gol. Pero debo decir que Xavi estaba obligado por la situación. Al quedarse sin Pedri y Frenkie de Jong, dio entrada a Lamine Yamal y a partir de ahí prefirió no perder del todo el centro del campo y me parece comprensible. Era un partido difícil de tomar decisiones.

UNA SOLUCIÓN PARA EL TIEMPO DE JUEGO

El pitido final del Valencia-Real Madrid, con la polémica del gol de Bellingham fuera de tiempo, ha puesto otra vez de relieve el problema del tiempo perdido, el que el árbitro decide que hay que recuperar, de forma subjetiva porque no en todos los cambios se pierde el mismo tiempo, y el tiempo real de juego en el fútbol.

Con tantos sabios que hay en este mundillo, capaces de teorizar sobre fútbol con nombres elocuentes, ¿por qué no se buscan soluciones realmente útiles, como podría ser contar el tiempo real, como en el fútbol sala, el basket, el balonmano o el hockey? Un reloj a la vista de todo el mundo que se iría parando cuando no se juega y treinta minutos de tiempo real. Es una solución fácil que no se entiende que no se haya puesto en práctica todavía.

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La cantada no es no haber ganado en Bilbao

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05.03.2024

Carles Rexach

Desde luego, fue una lástima no aprovechar los tropiezos del Madrid y el Girona para acechar el liderato en LaLiga. Era el día para sacar tajada, aunque debo decir que un empate en el campo del Athletic es algo que debería poder asumirse. El problema es haber regalado tanto otros días.

En San Mamés el Barcelona volvió a ser un equipo vulgar, con pocas ideas, pero hay que tener en cuenta que al Barça estos equipos como el Athletic, el Osasuna o el Mallorca, equipos que presionan mucho y hombre a hombre, le dificultan el juego. También le pasó al Girona: el Mallorca marcó hombre a hombre, con mucha intensidad y muchas faltas. Eso no les va bien ni a uno ni a otro.

Es un estilo que supone un cierto regreso al pasado, a los marcajes individuales, al fútbol de los setenta. Obliga a jugar........

© Mundo Deportivo


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