Carles Rexach

La semana muy dura para el culé. Primero, por la eliminación europea ante el PSG, sobre todo tras ponerse 1-0, confirmando que este Barça es aún un poco ‘passerell’. Y luego, el partido en el Bernabéu, en el que el equipo azulgrana dominó el partido, sí, pero perdió las áreas. Hasta aquí el análisis futbolístico de un Clásico “muy clásico”. Traducido: nada que nos sorprenda cuando vas a jugar a Madrid. Ese es el ‘quid’ de la cuestión. No es que uno vea gol y el otro no. No es que uno vea penalti y el otro piscinazo. No es que la falta de Camavinga a Lamine cuando iba a entrar ya en el área se entienda como roja o como amarilla (veníamos de la expulsión de Araujo). Aquí, la auténtica clave, lo que mosquea, es que habiendo al menos un debate arbitral en todas y cada una de esas jugadas todas las decisiones, sin excepción, caigan siempre del mismo lado. En la época del VAR, el árbitro de campo ni siquiera se ‘molestó’ en ir a la pantalla a verificar si estaba acertando o no con su primera impresión.

Eso, por no hablar de esas acciones que ni siquiera merecieron comentario alguno siguiendo el partido por la tele y que para cualquiera que haya jugado al fútbol eran evidentes. No me explico, por ejemplo, que Modric acabara un partido en el que hizo méritos más que sobrados para irse a la ducha con varias faltas por detrás que cortaban contragolpes. O esas entradas en el área a Lamine y Fermín que, siendo benévolos, no fueron menos en la escala de caídas que la que sí acabó en penalti a Lucas Vázquez.

Esta realidad marcó el signo de un partido en el que, sí, el Barça volvió a pecar de ingenuo, de blando, de inocente. Siendo un jugador esencialmente técnico y exquisito, Modric no se lo pensó a la hora de hacer faltas subidas de tono. Paralelamente, vimos a De Jong, en plan ‘bon jan’ (alma cándida), yendo a un balón dividido con el empeine ante un Valverde que fue con todo. Se lesionó el culé, que no hizo lo que hay que hacer en esas jugadas: protegerse entrando con una fuerza equiparable a la de su rival. Y vimos también a Pedri en el último ataque del Madrid, el que acabó en el 3-2, sin hacer la falta que repitió Modric una y otra vez con licencia arbitral. Bastantes veces me pasa viendo partidos del Barça: en tu equipo también has de tener cubierto el ‘cuerpo a cuerpo’ en partidos de ‘rompe y rasga’, los Koeman, Puyol, Costas, Migueli, Bakero...

Junto a Lamine y Cubarsí, Fermín es de lo mejor de una temporada en la que se fueron las últimas opciones reales de título pero, al menos, abre la puerta a esta gente de casa que da el nivel. Al canterano que jugó cedido en Linares no le ha venido grande su estreno en la superélite. Al revés. En Madrid salió para agitar al Barça, marcó un gol por puras ganas y confirmó que, en el mejor sentido, tiene mala leche, mete el pie, chuta y quiere influir en el resultado, no sólo acompañar. Jóvenes tan jóvenes dando el callo en días de tanta exigencia es algo a lo que los culés debemos agarrarnos para estar con el equipo. Veremos qué pasa con Xavi, que pese a lo de esta semana, ha mejorado al equipo. Con poco dinero la vía es esta: Masia y fichar poco pero bueno y decisivo,

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La cuestión clave es que siempre se la dan al mismo

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23.04.2024

Carles Rexach

La semana muy dura para el culé. Primero, por la eliminación europea ante el PSG, sobre todo tras ponerse 1-0, confirmando que este Barça es aún un poco ‘passerell’. Y luego, el partido en el Bernabéu, en el que el equipo azulgrana dominó el partido, sí, pero perdió las áreas. Hasta aquí el análisis futbolístico de un Clásico “muy clásico”. Traducido: nada que nos sorprenda cuando vas a jugar a Madrid. Ese es el ‘quid’ de la cuestión. No es que uno vea gol y el otro no. No es que uno vea penalti y el otro piscinazo. No es que la falta de Camavinga a Lamine cuando iba a entrar ya en el área se entienda como roja o como amarilla (veníamos de la expulsión de Araujo). Aquí, la auténtica clave, lo que mosquea, es que habiendo al menos un debate arbitral en todas y cada........

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