Carles Rexach

Nuevo giro de guión en el rumbo de la temporada. Y lo que queda por verse. El empate del Madrid en Vallecas demuestra, una vez más, que en fútbol el cambio de estado de ánimo es continuo. Hay subidas y bajadas permanentes, idas y venidas, en función de lo que ocurre cada semana. Se hacen grandes afirmaciones de acuerdo con la inmediatez, sin mirar a medio o largo plazo.

Hace cuatro días, estábamos a diez puntos y era un desastre; el Madrid empata en Vallecas y hay Liga. Lo cierto es que hacer el cuento de la vieja es muy fácil: el Barcelona podría ganar en Madrid y ya estaríamos a cinco puntos con seis jornadas por delante. Y a partir de ahí, todo sería posible.

Claro que hay Liga, para mí. Con tanto partido siempre hay altibajos. Sólo puedes empezar a intuir si alguien está del todo descabalgado cuando faltan menos de diez partidos para el final. Mientras, hay terreno por delante para intentar un viraje en la trayectoria. Hasta ahora, el Barcelona ha sido muy irregular, pero tiene tiempo para corregir.

Lo importante es que el equipo consiga coger una línea de regularidad en juego y resultados y sea capaz de mostrarse más fiable. Después, ya dependerá de que los que tiene por delante pierdan puntos. Pero yo pienso que sí hay Liga. La gente puede vibrar y hacerse ilusiones, pero todo pasa por ganar y hacer una buena eliminatoria contra el Nápoles.

Es el momento ideal para hacer definitivamente el ‘clic’ del que habla Xavi y que, por el momento, creo que no se ha visto. La prueba, el partido de Vigo: el equipo ganó, es verdad, pero un poco in extremis. Tuvo la suerte de marcar un gol a poco del descanso y en la primera jugada de la segunda parte, ¡pam!, se dejó empatar. Faltó empezar la segunda parte con concentración.

El equipo gana partidos, pero sigue siendo inestable y eso hay que cambiarlo. Necesita consistencia. El Nápoles es un buen rival para conseguirlo, porque también está en horas bajas y con el entrenador en el disparadero.

Yo sí contaría con los jóvenes en Nápoles, aunque les falte experiencia. Cubarsí, por ejemplo. Primero hay que conocer las características de los jugadores del equipo rival. Si Cubarsí se adapta bien a lo que necesita el equipo yo no tendría dudas: jugaría. Y lo mismo con Lamine Yamal: tiene desequilibrio, capacidad de regatear y los marcadores ya le respetan y le temen. Ya no lo ven como un juvenil.

De hecho, todos los jóvenes que han debutado en el primer equipo en los últimos años han demostrado que la presión de jugar en el Barça y estar obligados a ganar no les puede, porque están acostumbrados a ella desde pequeños. Los que la notan más son los que vienen de fuera.

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No hay Liga, hay Liga, no hay Liga, hay Liga...

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20.02.2024

Carles Rexach

Nuevo giro de guión en el rumbo de la temporada. Y lo que queda por verse. El empate del Madrid en Vallecas demuestra, una vez más, que en fútbol el cambio de estado de ánimo es continuo. Hay subidas y bajadas permanentes, idas y venidas, en función de lo que ocurre cada semana. Se hacen grandes afirmaciones de acuerdo con la inmediatez, sin mirar a medio o largo plazo.

Hace cuatro días, estábamos a diez puntos y era un desastre; el Madrid empata en Vallecas y hay Liga. Lo cierto es que hacer el cuento de la vieja es muy fácil: el Barcelona podría ganar en Madrid y ya estaríamos a cinco puntos con seis jornadas por delante. Y a........

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