Carles Rexach

Por fin el Barcelona tuvo un partido redondo y, sobre todo, tranquilo. Contra el Getafe vivimos una tarde sin sobresaltos y con el equipo divirtiéndose, algo que no vivíamos desde hacía muchas semanas. Ya habíamos visto buenos minutos y buenos detalles en algunos partidos, pero siempre llegaba el punto en el que el equipo daba un paso atrás. Se desconectaba y pasaba de dominador a dominado.

Fue importante volver de Nápoles con un buen resultado y con buenas sensaciones, aunque también en el partido de Champions hubo fases en las que el Barcelona fue dominado. Ir acumulando resultados positivos es lo que hace que el equipo coja confianza. Poco a poco, vamos llegando a un Barça liberado, que es lo que vimos el sábado.

Ya hace semanas que digo que el fútbol da muchas vueltas y lo que ayer era negro mañana puede ser blanco, sobre todo en un club tan voluble como el azulgrana. Esos ocho puntos de desventaja con el Madrid son muy poco, en realidad, desde que las victorias valen tres puntos. Es evidente que el Barcelona está obligado a no fallar, pero si va sumando victorias no es descabellado que el Madrid tenga un par de tropiezos. Ya estuvo cerca contra el Sevilla. Y si tropieza, el Barça estará ahí. El equipo ha visto que enlazando unos partidos buenos se ha venido arriba y eso da confianza. Con todos los respetos, no sé si el Girona aguantará ahí arriba hasta el final.

El Barça supo leer bien el choque contra el Getafe. El equipo de Bordalás dispuso una defensa adelantada y aquello fue un suicidio, los de Xavi causaron estragos al espacio. El público disfrutó y el equipo también. Fue un equipo vertical, con el que se crearon diez oportunidades de gol y se aprovecharon cuatro. El partido de Nápoles estuvo bien, el Barça fue muy superior, pero mucho más plano que ante el Getafe.

Otro aspecto que quedó muy claro es el nivel de la plantilla del Barcelona. Se habla con cierto desprecio, pero en la alineación titular contra el Getafe todo eran primeras espadas. Fijos con las selecciones de Alemania (2), Francia, Uruguay, Portugal (2), Dinamarca, Países Bajos, Brasil y Polonia. Todos ellos, mundialistas hace año y medio. Y, con ellos, un crío de 17 años. De ninguna manera puede decirse que la del Barcelona sea una plantilla floja.

EL DESAFÍO CON CUBARSÍ Y LAMINE

Extraordinario partido, una vez más, de Pau Cubarsí. Una auténtica joya, como lo demuestra el hecho de que fue el único de la casa el sábado y no sólo no desentonó sino que pienso que fue de los mejores. Es un puntal del equipo y así lo reconocen sus compañeros.

El problema ahora es mantenerlo, que es lo más difícil. Es muy joven y es fácil que se queme. Hay que evitar que llegue, muestre su potencial y se acabe, como ha ocurrido con algunos jugadores que en los últimos años han llegado, han exhibido un buen nivel y después la suerte no les ha ayudado: Ansu Fati, Nico, el propio Balde, lesionado cuando era titular indiscutible… El desafío es ver a Lamine Yamal y Cubarsí muchos años como fijos en el primer equipo.