Cristina Cubero

Xavi Hernández es hoy mejor entrenador de fútbol. Comunicar públicamente lo que estaba meditando desde la derrota en la Supercopa de España le ha liberado. Las lágrimas de Gavi o de Cancelo en la charla son una vara de medir ajustada de cómo está el vestuario. Un chaval de 19 años no puede ser el líder del Barça, puede ser ejemplo de alma y entrega pero no el líder. Si no tienes el apoyo incondicional de los que te aguantarán al equipo es que algo estás haciendo mal. Necesitas más inteligencia emocional y menos pizarra. Si el equipo se hunde en los últimos instantes después incluso de remontar es que falla la mentalidad y el trabajo solidario. Sí, Xavi, eso lo solucionó Rijkaard con la psicóloga Inma Puig, y Luis Enrique con un psicólogo para él. La psicología en el fútbol suma.

Charly Rexach antes de un Clásico le dio la idea a Tito Vilanova de utilizar a Messi como falso 9, como habían hecho ellos con Laudrup en el ‘Dream Team’. Tito se lo dijo a Guardiola, que al principio no lo veía, pero después sí. El resto es historia. Xavi ya sabe que no puede ir sólo por la vida, que su staff tiene que sumarle siempre y si tiene que ampliarlo, se amplía. Y si tiene que compartir almuerzos con técnicos con más experiencia, pues se escucha y se aprende. Porque no tiene nada que ver ser futbolista con ser entrenador y Xavi sabe que algunas de las decisiones las ha tomado el Xavi centrocampista del mejor equipo de la historia y no el Xavi entrenador del Barça.

El de Terrassa parece que haya olvidado que el entorno ya fue poco constructivo con él cuando Van Gaal decidió que el Barça tenía que construirse a partir de su fútbol. El nuevo Xavi sabrá convivir mejor con la crítica. SÍ, es verdad, algunos hasta afearon la Liga conquistada la temporada pasada diciendo que era ‘la del 1-0’ y que no desprendía ADN Barça. Lo han dicho de Koeman y de Xavi, dos de los jugadores más importantes de la historia del club. Xavi hoy es mejor entrenador porque no volverá a tratar a algunos futbolistas como lo ha hecho, sí, porque con algunos ha sido tremendamente injusto. Porque al final todo depende de ellos y los futbolistas ni perdonan, ni olvidan.