Dagoberto Escorcia

En Gobierno puede tirar por sí solo sin importarle lo más mínimo las críticas. Puede ir a su aire. Pasar olímpicamente de lo que digan. Hasta sentirse prepotente e importarle un pimiento los obstáculos que surjan en el camino. Pero lo que no puede es obviar a su gente, a la que lo ha elegido, a la que ha confiado que con él podría recuperar otro Barça que enamorara al mundo. Joan Laporta, presidente del club azulgrana, fue elegido para eso. Pero no parece estar por la labor. En las redes sociales la frase que más se ha reproducido en los últimos días del año que acabamos de despedir era la de “conmigo no hay temporadas de transición, perder tendrá consecuencias”. La dijo él. Y anunció que estaba trabajando en un proyecto que no había funcionado y elaboraba otro que daría muchas alegrías al barcelonismo. Pero no. Las alegrías no son continuadas. Las derrotas se están produciendo más a menudo. Y el perder no tiene consecuencias. No pasa nada. ¿Qué pasa presidente? ¿Está confiado en que no hay nadie más detrás de usted? ¿O qué la oposición, tanto de una prensa que hizo sangrar a los otros recientes presidentes hasta hallar una sepultura judicial o una parte de la afición que quiere verlos en el paredón, está desaparecida o apenas le inquieta? Laporta siempre ha sido un dirigente muy listo, avispado, pero hoy me da la impresión de estar descuidando la espalda. Un presidente tiene que actuar en lo deportivo aunque eso acabe enterrándolo. Por la sencilla razón de que el aficionado primero se ensaña en el cuerpo técnico y luego mira al palco. Y, ojo. Víctor Font salió el último día del 2023 para escribir que “la situación es grave y genera un gran preocupación”. Solo él puede montar hoy en día la caída de Laporta.

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Inquietudes en ascenso

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02.01.2024

Dagoberto Escorcia

En Gobierno puede tirar por sí solo sin importarle lo más mínimo las críticas. Puede ir a su aire. Pasar olímpicamente de lo que digan. Hasta sentirse prepotente e importarle un pimiento los obstáculos que surjan en el camino. Pero lo que no puede es obviar a su gente, a la que lo ha elegido, a la que ha confiado que con él podría recuperar otro Barça que enamorara al mundo. Joan Laporta, presidente del........

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