Hèctor Coca
El gol de Cancelo al Porto fue más que un gol. Primero porque fue un golazo. El regate y la definición del portugués entrando por la banda izquierda fue sensacional. Segundo porque irse al descanso con el marcador en contra hubiese complicado las cosas enormemente. Y tercero por cómo lo celebró.
Hacía tiempo que no se veía en Montjuïc una explosión de rabia contenida tan excitante tras un gol.
Tras batir a Diogo Costa el portugués corrió en solitario hacia el banderín de córner y gritó repetidamente un "¡vamos!" llevándose la mano al escudo y señalando a la afición. No buscó a un compañero, buscó a la grada. La expresión de la cara y de los ojos de Joao durante esos escasos segundos no tiene desperdicio.
Este Barça, además de dar con la tecla táctica, necesita eso. Rabia y amor propio. En definitiva, lo que ayer escenificó Joao Cancelo tras su gol.
El equipo se clasificó para octavos y cumplió su objetivo ante un Porto más bien mediocre pero correoso y muy molesto. Sufrió, no fue un paseo, pero ese gol supuso el inicio de un camino que debe llevar a los de Xavi a recuperar el buen fútbol que tienen en sus botas y que parece hayan olvidado.
Ante el Atlético el Barça necesitará el próximo domingo a once 'Cancelos' si quiere competir y ganar a los del 'Cholo'. Si todos salen con el espíritu de Cancelo será mucho más fácil.
El espíritu de Cancelo
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30.11.2023
Hèctor Coca
El gol de Cancelo al Porto fue más que un gol. Primero porque fue un golazo. El regate y la definición del portugués entrando por la banda izquierda fue sensacional. Segundo porque irse al descanso con el marcador en contra hubiese complicado las cosas enormemente. Y tercero por cómo lo celebró.
Hacía tiempo que........
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