Josep Maria Artells

No debe ser fácil convivir con un vecino insaciable como el Barça que hacía ostentación de un moderno Camp Nou. El CB Picadero consiguió en los años 60 ser el referente del basket masculino y en los 70 del femenino. Fue el club que plantó cara al poderoso Real Madrid de Pedro Ferrándiz, además de ser pionero en contratar jugadores norteamericanos y disponer de los primeros patrocinadores.

El Picadero Jockey Club, fundado en 1951, forma parte de la historia de Barcelona por su carácter polideportivo. Sucesor del Picadero Andaluz, en 1953 se trasladó de la Diagonal a la avenida de Sarrià, frente al estadio del RCD Espanyol, donde inauguró su pista de juego el 23 de febrero de ese año. La instalación se mantuvo en funcionamiento hasta que el club fundado por Joaquim Rodríguez Roselló se trasladó a la gran manzana del Camp Nou donde en 1968 levantó su nuevo palacio de deportes.

Una maravillosa fotografía de Dolors Torné Bosch en RB ilustra la magnitud del gigante azulgrana frente al diminuto nuevo vecino de Les Corts. La imagen muestra el Camp Nou en un partido de los 60 con centenares de coches inundando el perímetro de la explanada excepto el islote que ocupaba la Masia de Can Taner, en Riera Blanca-Travessera, transformada ya en la fonda ‘Parador del Camino’. Allí acudían a refrescar sus gargantas los aficionados culés, debajo de las parras, tras los partidos. Mientras se construía el estadio, la directiva del Barça jamás pudo llegar a un acuerdo con su propietario Guerau Piera, pero sí aceptó la oferta del Picadero.

La sentencia de la popular bodega llegó en 1965 cuando el Picadero adquirió los terrenos para edificar su nuevo pabellón y un edificio de ocho plantas. El 2 de noviembre de 1968 se inauguraba la nueva instalación con una programación de dos días. Con los equipos rigurosamente formados ante la tribuna tomaron la palabra el presidente Joaquim Rodríguez, Enrique Sarri, concejal de distrito, y Francisco Platón, representante de la DN. La banda de la Policía Armada se encargó de tocar varias piezas durante el acto. A la triple campeona mundial de patinaje, Pepita Cuevas, le correspondió por méritos deportivos (dos Mundiales y varios Europeos) ser la abanderada del acto, según explica en su crónica ‘El Mundo Deportivo’.

El cartel de los actos ofreció pruebas de todas las disciplinas entre las que destacaba el partido de basket masculino entre el Picadero y el Barça que coronó la ‘diada’ ganado por los locales 68-62. El periodista del rotativo barcelonés centró su atención en un jugador norteamericano contratado por los azulgrana: “El Barcelona presentaba la novedad del negro y barbudo Albi Grant que actuó resintiéndose del tobillo (…). La primera impresión que puede extraerse es la de que es uno de esos jugadores que piensan más en el aro que en los demás compañeros de equipo”. Grant, con 28 puntos, fue el máximo anotador del partido.

La directiva del Picadero tuvo la visión a lo largo de su corta pero fructífera historia de orientar el club con un fuerte tono polideportivo esquivando el gigantismo que adquiría el fútbol.

Hoy, apenas queda el recuerdo del viejo Picadero, renombrado como Blaugrana-2 cuando en 2014 fue adquirido por el FC Barcelona por 40 millones para albergar los servicios del club y el Auditori 1899.

Si existió un equipo que hizo sombra al Real Madrid con jugadores de leyenda como Brabander, Luyk, Emiliano, Sevillano… fue el Picadero. De nuevo el pequeño club de Les Corts se encontraba ante otro gigante bajo el paraguas del fútbol y frente a Raimundo Saporta, un dirigente que conocía los resortes de la época.

El Picadero, enfrentándose al Real Madrid en 1969

Los barceloneses construyeron un equipo sólido cuya base formaban Josep Maria Jofresa, Albanell, Codina, ‘Fonso’ Martínez, Ensenyat y Escorial bajo el mando del técnico Josep Esteve que estuvo doce años en el banquillo. Sumaron cuatro subcampeonatos (1964, 1965, 1966 y 1970) y conquistaron dos Copas (1964 y 1968), la primera ganando de 40 puntos al Madrid en semifinales y la segunda al Joventut en la final.

El aragonés Lorenzo Alocén (Helios, Real Madrid, Picadero y Círcol Catòlic) formó parte del equipo catalán desde 1967 a 1973. Una autocanasta suya el 12 de enero de 1962 en un Ignis-Real Madrid de Copa de Europa cambió las reglas del juego para siempre. Los blancos llegaron con empate a 80 y tenían la última acción. Para evitar la prórroga y minimizar riesgos, Ferrandiz retorció el reglamento dando la orden a Alocén de encestar en su propia canasta. Con ello quiso evitar una derrota abultada en la prórroga para no poner en peligro la vuelta. El truco dio resultado: 83-62.

Llegaron los problemas económicos y el declive en los años 70 con Barça y Joventut de regreso al primer plano. La vecindad con el Barça se hizo imposible. Sin el recurso de la cantera y sin posibilidades de competir en fichajes, el basket masculino y la mayoría de los otros deportes desaparecieron, también el béisbol con dos copas de Europa (1963 y 1968). Muchos de los socios ingresaron en el Laietà.

Del gran Picadero solo quedó el basket femenino, que pudo conservar levemente el recuerdo del club gracias a los patrocinadores. Jugadoras como Roser Llop, Rosa Castillo y Anna Junyer pusieron, pese a todo, a la entidad en primera fila imponiendo su ley en España desde 1975 a 1983 ganando 6 ligas y siete Copas. En 1985 ganaron su última Copa fusionadas con el Masnou. La última sección del Picadero Jockey Club daba el último coletazo de un club de barrio singular y querido que en el escudo llevaba un balón, un bate y una silla de montar. Nunca se le conoció por ser un club hípico.

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Picadero, el club del barrio

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06.04.2024

Josep Maria Artells

No debe ser fácil convivir con un vecino insaciable como el Barça que hacía ostentación de un moderno Camp Nou. El CB Picadero consiguió en los años 60 ser el referente del basket masculino y en los 70 del femenino. Fue el club que plantó cara al poderoso Real Madrid de Pedro Ferrándiz, además de ser pionero en contratar jugadores norteamericanos y disponer de los primeros patrocinadores.

El Picadero Jockey Club, fundado en 1951, forma parte de la historia de Barcelona por su carácter polideportivo. Sucesor del Picadero Andaluz, en 1953 se trasladó de la Diagonal a la avenida de Sarrià, frente al estadio del RCD Espanyol, donde inauguró su pista de juego el 23 de febrero de ese año. La instalación se mantuvo en funcionamiento hasta que el club fundado por Joaquim Rodríguez Roselló se trasladó a la gran manzana del Camp Nou donde en 1968 levantó su nuevo palacio de deportes.

Una maravillosa fotografía de Dolors Torné Bosch en RB ilustra la magnitud del gigante azulgrana frente al diminuto nuevo vecino de Les Corts. La imagen muestra el Camp Nou en un partido de los 60 con centenares de coches inundando el perímetro de la explanada excepto el islote que ocupaba la Masia de Can Taner, en Riera Blanca-Travessera, transformada ya en la fonda ‘Parador del Camino’. Allí acudían a refrescar sus gargantas los aficionados culés, debajo de las parras, tras los partidos. Mientras se construía........

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