Josep Maria Minguella

Muy buena acción la que ha llevado a cabo recientemente Open Arms, estos catalanes que han transportado toneladas de alimentos a Gaza, y sigue lo de Ucrania. Como sigue la vida diaria por aquí. Esta semana ha sido una nueva demostración de la intensidad que existe en la actualidad blaugrana en diversos aspectos de la actividad del club. El martes, gozada general barcelonista frente a unos italianos, los del Nápoles, que vinieron a Montjuïc a dominar el partido y encajaron tres goles que hacía tiempo que el Barça no los conseguía en la máxima competición europea. Los primeros 20 minutos del partido fueron espectaculares y los más de 50.000 espectadores que estábamos presentes en las gradas respiramos profundamente. El miércoles, de relax y comentarios sobre el partido, y jueves, convocatoria de comparecencia ante la prensa por parte del FC Barcelona y el presidente Joan Laporta anuncia que su vice Eduard Romeu se va. Decisión incomprensible en circunstancias normales y no explicada debidamente en la mencionada comparecencia. Sabemos que la situación del club es delicada pero el hecho de que se vaya su principal responsable da sensación de agonía. Y un club como el nuestro tiene que dar sensación de fortaleza y seguridad, aunque estemos viviendo problemas económicos desde hace años. Después de la marcha de Jordi Llauradó, el hombre de las construcciones y del Espai Barça, que haya dejado el club un peso fuerte en el tema de las palancas no pagadas y ventas no realizadas, hace tener serias dudas del futuro caminar.

Y el viernes, otro golpe de emoción con el sorteo en el que se cruzaron Barça y PSG, y Luis Enrique y Mbappé... y tantos recuerdos, entre los que incluyo al mítico delantero George Weah, el liberiano que nos eliminó hace años. Ahora va a ser diferente, o esto espero.

La semana ha sido tan intensa que, recuperado de lo del PSG, veo a un Real Madrid paseándose casi por Pamplona, cosa que no entraba dentro de mis cálculo, y casi a la vez una lágrima por este Girona que, desde hace un tiempo, juega, domina y parece que va a ganar, me refiero en campo contrario, y termina perdiendo. Los gerundenses tienen que tomar aire porque ya queda poco y no pueden terminar mal una temporada espectacular. Espero que así sea.

El viernes se celebró en el Hotel Sofía, lo de princesa ha desaparecido, la cena anual solidaria que organiza el incansable Josep Maldonado. Espectacular. Artistas, políticos, periodistas y empresarios llenaron las mesas en un acto cálido y en la agenda de todos por sus fines solidarios. En la mesa coincidí con Albert Puig, excelente técnico del fútbol base del Barça durante años. Acaba de regresar de Japón, donde ha mantenido sus aciertos. Recordamos cuando el Barça llegó a un principio de acuerdo con Brahim y su familia, con 13 años, que en aquel momento estaba en el Málaga. Cuando se enteró el jeque propietario del club andaluz le hizo una oferta irresistible y decidieron quedarse en el sur. Luego, City, Milan, Real Madrid y ahora Marruecos. Con técnicos como Albert Puig se cazan estrellas de futuro, y ahora volverá a estar por aquí.