Josep Maria Minguella

Sigue el terror en tierras ucranianas y horror en las palestinas sin que aparentemente nadie dé pasos decisivos para terminar con esto. En otro sentido, nuestro equipo dio un paso importante en el último partido de Montjuïc con cuatro goles que hacía tiempo que no recordábamos. Con un viento racheado, frío y penetrante, el Barça goleó al siempre duro Getafe y, de alguna manera, se amainó la tormenta que caía sobre el equipo. Tanto es así que llegó una semana sin partidos, esto es una novedad en los últimos meses, y con los jugadores de vacaciones no ha habido ni una declaración ni un reproche por parte de nadie profesional. Incluso han desaparecido, al parecer, los entornos.

Es lo que trae el ganar, que da tranquilidad y nadie ve fantasmas ocasionales donde no los hay. Nuestro presidente ha aprovechado el momento para visitar el Mobile World Congress, que es un acto ciudadano y de empresa de gran impacto para la ciudad. Y en esas aguas calmadas, los comentaristas de tertulias y los distintos medios le han ido dando vueltas al asunto del entrenador, que si un alemán, que si un italiano que está en Inglaterra, que si los portugueses y cada uno de estos expertos ha ido resaltando las cualidades seguras de estos profesionales que están en el mercado y que alguno de ellos tendrá que rellenar dentro de unos meses el banquillo vacío de Xavi.

Así es esto del fútbol. Da para que todos opinemos y que todos demos nuestras alegaciones en favor de lo que creemos que es mejor para un objetivo y en esto está parte del mantenimiento y crecimiento de este fútbol que llena estadios, crea pasiones y tanto divierte y enfada. Estamos en la Liga y en la Champions League, quedan pocos meses pero hay que luchar hasta el final porque la afición no solo lo pide sino que lo merece. Y no importa lo que hagan los otros porque cada entidad tiene su razón de ser y la nuestra que ahora puede estar tocada, volverá pronto al lugar que le correspondía. Así lo dijo Laporta y alguna vez hay que creer al presidente, aunque peque de optimista. Es lo que deseamos todos