Josep Maria Minguella

Sigue el desastre ucraniano y palestino. Oigo grandes personajes con palabras aparentemente firmes y luego no pasa nada. Todo es llanto y tristeza. En el fútbol es otra historia. Aquí se puede ganar y perder pero todo es muy relativo. El sábado, hojeando MD, veo una larga entrevista a Rexach, Mora y Asensi, actual presidente de los veteranos del club, en referencia a que se cumplen 50 años de los mismos números al revés, del 0-5 en el Bernabéu.

La verdad es que no recordaba el día después de tanto tiempo pero sí me recuerdo que estuve allí y de forma activa. Era la temporada que se dio la posibilidad de inscribir extranjeros, dos, y el Barça había incorporado a Cruyff y a Sotil. con Michels al mando, el equipo fue tomando forma y pronto se vio que se podía aspirar al título.

Sin embargo, nadie habría apostado por un resultado tan contundente como un 0-5 ante un equipo formado por excelentes jugadores como era García Remón, al que llamaban ‘el Gato de Odesa’; Benito, Zico y Pirri, tres internacionales españoles de gran nivel; tenían a Netzer, el 10 de Alemania como organizador -primero fue ofrecido al Barça y Michels dijo que prefería otro tipo de futbolista- y el histórico Amancio delante con Velázquez, es decir un ramillete de grandes futbolistas. Tuve la suerte de vivirla en directo porque en aquel momento formaba parte del staff técnico que era muy sencillo: Michels, Paco Rodri y yo mismo. La estrategia, la siguiente: ellos dos se sentaban en el banquillo, yo veía el partido desde la tribuna y en el descanso iba al vestuario y explicaba al entrenador cuál había sido mi visión desde arriba. Luego, Michels, con su fuerte voz, daba las instrucciones a los jugadores con su propio criterio. En la segunda ya me quedaba en el banquillo.

Es un recuerdo de fiesta pero tengo una sensación de tristeza porque aquellos componentes que dirigieron aquella hazaña del momento han ido desapareciendo por ley de vida y ahí me quedo yo solo recordando la alegría que se vivió después del partido en el Hotel Barajas (en aquella época no había regreso tras el partido, por falta de locomoción).

Recuerdo el permiso que dio el técnico a los jugadores para que fueran a celebrarlo en la misma ciudad de Madrid y en especial la alegría que explotó en toda Catalunya y entre los barcelonistas ante tan inesperado e insólito resultado en aquella época. Se imprimieron fotografías, calendarios y bolsas y Las Ramblas estuvo varios días llenas de gente y de culés que querían expresar su satisfacción. El Barça ganó la Liga. Fue ante un Sporting muy potente en una tarde primaveral y con victoria por 2-4. Felicidades a todos y que pronto vuelvan éxitos parecidos