Lluis Canut

En la rueda de prensa previa a la semifinal de la Supercopa contra Osasuna, Ronald Araujo, ante un supuesto interés del Bayern de Múnich dispuesto a ofertar hasta cien millones de euros por el central uruguayo, se encargó de despejar cualquier duda sobre su compromiso con el Barça, como uno de sus capitanes. A pesar de lo rotundo que fue en su desmentido el futbolista, no faltaron voces en el entorno barcelonista que ante la delicada situación económica por la que pasa el club vieron la oportunidad de hacer caja y vender a uno de los activos de la plantilla, más que recomendable, porque además se contemplaba como sustituible en el mercado.

No cabe duda de que desde hace tres temporadas, cuando Koeman lo afianzó en la primera plantilla después de ser fichado gracias al buen ojo clínico de Ramon Planes, la progresión de Araujo y su papel de liderazgo en el equipo han sido ascendentes. Y no solo en su demarcación natural de central, sino que cuando las necesidades tácticas lo han requerido, como hoy contra el Real Madrid para convertirse en la sombra de Vinicius, ha sabido adaptarse sin quejarse a la funciones de un lateral de potente zancada y rendimiento más que satisfactorio. Su imponente estampa física, que con un 1,90 de altura le dan un cierto aspecto de jugador de baloncesto, el internacional charrúa es todo un valor añadido en las jugadas de estrategia aéreas en ambas áreas. Todo ello unido al liderazgo que ha llegado a asumir dentro de la plantilla con tan solo 24 años de edad.

Sin embargo, toda esta exuberancia futbolística en ocasiones se ve mermada cuando Ronald asume roles que no le corresponderían, especialmente cuando sin ser consciente de sus limitaciones técnicas se atreve con desplazamientos largos de balón a treinta o cuarenta metros de escasa precisión. Central de perfil físico, como en su tiempo lo fueron Gallego, Migueli o Puyol, a estos siempre se les vio, después de recuperar una pelota, intentar jugarla a más de diez metros.

Araujo no es un central que pueda presumir de una salida limpia de pelota, al estilo de Beckenbauer cuyo fallecimiento lamentamos esta semana. Prueba de ello es que en la presión alta que hacen los rivales del Barça, estos mayormente flotan al uruguayo para que sea el encargado de subir la pelota, conscientes que es la peor opción para los de Xavi. Todo lo contrario de lo que sucedía con el Kaiser, al que los contrincantes, sabedores de su técnica depurada y visión de pase para romper líneas de presión, era sometido a estrechos marcajes cuando cruzaba la línea divisoria. Esto fue lo que provocó el famoso gol al límite de la prórroga de la final de la Copa de Europa de 1974 contra el Atlético de Madrid en la que los rojiblancos se desentendieron de defender al otro central, Schwarzenbeck, quien libre de marca sorprendió de un potente 'zapatazo' desde treinta metros que batió a Miguel Reina, forzando 48 horas después un segundo partido de desempate en el que los alemanes arrollaron ganando 4-0.

Araujo ha de ser consciente de sus cualidades y exponerlas al máximo sin caer en aventuras que le expongan. No es un 'Beckenbauer', quien dignificó la posición de líbero, denominación ensuciada últimamente por algunos vendedores de humo por unas 'palancas' huérfanas del dinero prometido. Ni tampoco Koeman, en honor a quien su padre le puso el nombre de Ronald en homenaje al héroe de Wembley, otro de los grandes defensas ofensivos de la historia del futbol contemporáneo.

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Araujo no es Beckenbauer

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14.01.2024

Lluis Canut

En la rueda de prensa previa a la semifinal de la Supercopa contra Osasuna, Ronald Araujo, ante un supuesto interés del Bayern de Múnich dispuesto a ofertar hasta cien millones de euros por el central uruguayo, se encargó de despejar cualquier duda sobre su compromiso con el Barça, como uno de sus capitanes. A pesar de lo rotundo que fue en su desmentido el futbolista, no faltaron voces en el entorno barcelonista que ante la delicada situación económica por la que pasa el club vieron la oportunidad de hacer caja y vender a uno de los activos de la plantilla, más que recomendable, porque además se contemplaba como sustituible en el mercado.

No cabe duda de que desde hace tres temporadas, cuando Koeman lo afianzó en la primera plantilla después de ser fichado gracias al buen ojo clínico de Ramon Planes, la progresión de Araujo y su papel........

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