Lluis Canut

Coincidiendo con el 50 aniversario de la temporada 1973-74 de la llegada de Cruyff al Barça, en un fichaje que cambió la historia y que sirvió para que los blaugrana recuperasen la autoestima con la conquista de un título de Liga que llevaban catorce años esperando, la apertura de las fronteras a los futbolistas extranjeros permitió a la directiva de Agustí Montal, tras una contumaz insistencia, la incorporación del mejor crack del momento, después de haber ganado con el Ajax las tres últimas Copas de Europa. La presencia del holandés volador significó una revolución en un obsoleto futbol español y en un país sometido desde cerca de cuarenta años por la dictadura franquista, en fase de agonía.

Johan sorprendía dentro y fuera de los terrenos de juego, donde no dejaba a nadie indiferente. De costumbres muy avanzadas, Johan tenía por costumbre viajar en los desplazamientos acompañado de la almohada de dormir de su casa. En aquellos tiempos en los desplazamientos al norte de la península (Bilbao, San Sebastián o Santander) se solía viajar en tren coche-cama, con lo que se veían obligados a pernoctar tres noches fuera de casa. Mientras que en otras ciudades la ausencia de un vuelo regular nocturno impedía el retorno después del partido y se acostumbraba pasar la noche en Madrid. Tanto trasiego incomodaba de una manera especial a la nueva gran estrella, habituado a viajes cortos, la mayoría en autobús, dadas las cortas distancias como las que había en Holanda, de reducidas dimensiones, comparado con España.

Cruyff contaba con algunos privilegios de estrella. Una de ellas era que dormía solo en la habitación, puesto que la lista de convocados acostumbraban a ser de quince futbolistas, catorce compartían habitación doble y “el flaco”, tal como le llamaban sus compañeros, lo hacía en una individual. Otro privilegio se proporcionaba su esposa Danny que se encargaba de hacerle el equipaje, en que le colocaba ordenada por las prendas que se debía combinar de manera elegante, como siempre solía vestir, gracias al buen gusto de su esposa.

Fue el veterano fotógrafo Xavi Valls quien descubrió el hábito de Johan de viajar con su confortable almohada, lo hizo en su libro “El meu Barça en blanc i negre” se veía una instantánea en que el astro, tapado por Michels, el entrenador, se dispone a subir al autocar, portando la bolsa de mano, de un tamaño mayor de lo habitual, para poder añadir el cojín de la cama. En sus cerca de veinte años en el semanario RB, Valls entabló una buena relación con Cruyff y el resto de miembros de lo que se apodó “clan holandés”. Prueba de ello es el reportaje que también publicó en su libro en casa del matrimonio Neeskens, en el que se ve a Johan II, afeitándose ante el espejo del baño. Hijo de fotógrafo, Valls accedió a la crítica revista barcelonista de la mano de otro gran maestro del periodismo como fue Josep Morera Falcó, que también solía combinar sus fotografías con sus punzantes crónicas en la sección “Bajo la piel del estadio”, que se publicaban los martes en el desaparecido Correo Catalán. Morera Falcó, defensor de la libertad de expresión en tiempos de censura, no se mordía la lengua y lo pagó caro al verse proscrito por editores entregados al poder.

Ya como entrenador Cruyff dejó la almohada en casa. Los hoteles de lujo en los que se alojaba el Dream Team eran mucho más confortables y los viajes de una sola noche, gracias a los buenos servicios de Viatges Marina, con Antoni Tamayo a la cabeza, que permitía al equipo volar en chárter acabado el partido.

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La almohada de Cruyff

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04.02.2024

Lluis Canut

Coincidiendo con el 50 aniversario de la temporada 1973-74 de la llegada de Cruyff al Barça, en un fichaje que cambió la historia y que sirvió para que los blaugrana recuperasen la autoestima con la conquista de un título de Liga que llevaban catorce años esperando, la apertura de las fronteras a los futbolistas extranjeros permitió a la directiva de Agustí Montal, tras una contumaz insistencia, la incorporación del mejor crack del momento, después de haber ganado con el Ajax las tres últimas Copas de Europa. La presencia del holandés volador significó una revolución en un obsoleto futbol español y en un país sometido desde cerca de cuarenta años por la dictadura franquista, en fase de agonía.

Johan sorprendía dentro y fuera de los terrenos de juego, donde no dejaba a nadie indiferente. De costumbres muy avanzadas, Johan tenía por costumbre viajar en los........

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