Lluis Canut

El apellido Montal tiene un papel referencial en los 125 años de historia barcelonista. No en vano, dos integrantes de esta destacada saga alcanzaron a presidir el club en dos periodos diferentes, pero con algunos puntos coincidentes en sus respectivos mandatos. El primero, Agustí Montal Golobart, ocupó la presidencia durante seis años en el periodo 1946-52, en que se produjo el fichaje de Kubala, el crack húngaro que dejó pequeño el campo de Les Corts para forzar la construcción del Camp Nou. Durante este tiempo el club celebró los actos de las bodas de oro de su fundación, en los mismos sería su hijo mayor, Agustí Montal Costa, quien con 15 años de edad portara el estandarte de la entidad. Toda una premonición, porque dos décadas después aquel adolescente se convirtió en el sucesor de Narcís de Carreras, después de imponerse en unas reñidas elecciones al candidato rupturista Pere Baret. Durante su doble mandato, 1969-77, se acometió el fichaje de Cruyff, tras un arriesgado pulso con las autoridades deportivas franquistas al denunciar el escándalo de los oriundos, y la catalanización de la entidad.

Transcurrido medio siglo de aquellos hechos, un nuevo miembro de la saga, Joan Camprubí Montal, aparece en el horizonte como una alternativa de un nuevo barcelonismo, apartado de los “ismos” que han dividido a la masa social de manera encarnizada en el último cuarto de siglo. Su madre es Maria Àngels Montal, una de las dos hijas del matrimonio Montal-Costa, casada con Joan Camprubí, actual presidente del club de golf Llavaneras.

Camprubí Montal, de brillante historial académico, alterna el escaso tiempo libre que le deja su trabajo como consejero delegado de Boston CG, una de las consultoras económicas más reconocidas mundialmente, con la familia y su pasión por el fútbol, como ex practicante de sus tiempos de jugador del Sant Andreu y el Martinenc y socio del Barça desde su nacimiento. En ocasiones puntuales acompaña al equipo en los desplazamientos, como en el último a Vitoria, pero prefiere mantenerse alejado de cualquier movimiento electoral, por el perjuicio que podría representar para el Barça abrir un nuevo periodo de confrontación, cuando todavía faltan más de dos años para unas nuevas elecciones presidenciales.

Sin embargo, no dejará pasar por alto cualquier posibilidad de que el Club pueda convertirse en Sociedad Anónima ante lo que se opondría de forma contumaz. A pesar de la delicada situación económica del Barça, considera que existen otras vías para revertirla, tal como ha demostrado en la intervención de su consultoría en la gestión de grandes multinacionales. El club debe estar gestionado por profesionales reputados, tanto en la gestión administrativa como en el apartado deportivo. El papel tanto del presidente como de sus directivos debería de ser más institucional que ejecutivo. Como también se debería de sospesar la posibilidad de anular de los estatutos la obligación de los avales como garantía de una buena gestión.

Camprubí Montal cuenta con el apoyo de un consumado conocedor del entorno blaugrana como Evarist Murtra, quien le aporta su conocimiento de los entresijos del Club. No obstante, de momento no quieren significarse como una alternativa electoral. De la misma manera que tampoco contemplan la necesidad de presentar ninguna moción de censura, pero se mostrarán inflexibles ante la posibilidad de que los socios vean amenazada su propiedad del Club.

De todas maneras, por antecedentes familiares y un brillante currículum profesional, no pierdan de vista el nombre de Joan Camprubí Montal porque como se dice, de casta le viene al galgo.

QOSHE - Montal 3.0 - Lluís Canut
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Montal 3.0

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11.02.2024

Lluis Canut

El apellido Montal tiene un papel referencial en los 125 años de historia barcelonista. No en vano, dos integrantes de esta destacada saga alcanzaron a presidir el club en dos periodos diferentes, pero con algunos puntos coincidentes en sus respectivos mandatos. El primero, Agustí Montal Golobart, ocupó la presidencia durante seis años en el periodo 1946-52, en que se produjo el fichaje de Kubala, el crack húngaro que dejó pequeño el campo de Les Corts para forzar la construcción del Camp Nou. Durante este tiempo el club celebró los actos de las bodas de oro de su fundación, en los mismos sería su hijo mayor, Agustí Montal Costa, quien con 15 años de edad portara el estandarte de la entidad. Toda una premonición, porque dos décadas después aquel adolescente se convirtió en el sucesor de Narcís de Carreras, después de imponerse en unas reñidas elecciones al candidato........

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