Lobo Carrasco

EL BARÇA PERDONA Y LAS PAMAS AGUANTA

Presionar a la Unión con goles y al Madrid con puntos. Esos eran los dos objetivos del Barça por estricto orden cronológico. Faltaba ver si con el ritmo de juego vertical mostrado en los últimos encuentros o volviendo a sumar pases.

Los de Pimenta iniciaron con Munir como único punta y Sandro desplazado a banda izquierda en el claro 4-5-1. De lado blaugrana, Raphinha en banda izquierda y Fermín descolgado de Gündogan y Sergi Roberto. El conjunto blaugrana, cuando cogió el mando, enseguida vio que con la presión alta podía conseguir abrir el numerador pero no lo consiguió por varios motivos: la falta de acierto en el pase o remate final y porque Lewandowski perdonó dos claras en el área amarilla. El Barça sabía que el meta de García Pimienta suele arriesgar metros, saliendo del aérea, y en una pelota enviada a Raphinha ‘compró’ la tarjeta roja. Ahí se frotó las manos el once de Xavi y Óscar, minuto 24, pero atacando los azulgrana siguieron sin encontrar a Lamine ni estar finos en las zonas de Coco y Mika Mármol. Descanso para seguir con el plan A y pensar en un posible plan B.

2. AL PLAN B: JOAO FÉLIX AL CAMPO

El balón era muy blaugrana ante la defensa amarilla reconvertida con Marvin retrasando la posición para formar línea de 5. Arriba quedó en la más absoluta soledad Sandro (salió Munir y entró el meta Aarón) y para Cubarsí e Iñigo Martínez, trabajo limpio.

Reiniciaron con ritmo los blaugrana pero lastrados por la falta de acierto de Gündogan. Le faltaba esa fracción de segundo que cambia un pase de gol por un despeje o anticipación del defensa. Los futboleros de Xavi habían cambiado de chip mental volviendo de los partidos de Selecciones pero físicamente, les faltaba velocidad de ejecución. Al que no le faltó fue a Félix cuando entró en juego. Xavi y Òscar sabían que en este partido cada minuto era oro, para buscar algo diferente, y metiendo al portugués consiguieron el primer objetivo.

Con gran claridad y perfecta presentación de pelota, Félix vio el desmarque de Raphinha -ya sitiado en el puesto de Fermín- y pelota a frente. El 1-0 se convirtió en alivio para el equipo y para la afición azulgrana.

3. NO ALCANZÓ PARA EL SEGUNDO PERO SÍ PARA ESTAR AHÍ

Quisieron los blaugrana llegar al segundo gol pero Lamine no estuvo inspirado -sustituido por Ferran Torres- y con los cambios de Pimienta prefirieron arropar a Koundé, Cubarsí, Iñigo y Cancelo. Ahora el que aguantó la embestida ofensiva de La Unión fueron los anfitriones frente al jugador más difícil de contener, Alberto Moleiro. El buen regateador del conjunto visitante desplegó su habitual eslalón, vertical, y con su buena técnica casi amarga la plácida noche de Ter Stegen.

Pasado el susto, el Barça se aferró a los 67 puntos y cerró el partido en campo del conjunto visitante. Bien porque desde allí no te podían hacer gol. Hay Liga si el Athletic Club logra clavar bandera en el Bernabéu.