Lobo Carrasco

1VINICIUS APROVECHA LOS ERRORES.

El Barça de Xavi entró en la final con lo que le funcionó la temporada anterior, con cuatro medios y dos puntas. El Madrid de Ancelotti con Vinicius pegado a banda izquierda para sacar a su marcador, Araujo, del centro. La estrategia blanca era dejar a Rodrygo y Bellingham contra Koundé y Christensen.

Y no pudo empezar peor el partido para los azulgrana porque cuando comenzaron a imponer dominio -degustando la pelota y con la defensa saliendo hacia el medio campo-, ¡zas!, Vinicius y Rodrygo lograron escapar del fuera de juego. En el 1-0 Bellingham filtró el pase decisivo a Vinicius y en el 2-0, tres minutos después, Rodrygo le regaló el doblete a su compatriota. Diez minutos de partido, mazazo psicológico.

Dolió porque, en el primer gol, Iñaki Peña hubiese evitado el uno contra uno con una posición más atrevida partiendo del borde o fuera del área. El defectuoso control del delantero hubiera sido el momento para cambiar la acción. Estaba demasiado hundido.

2. GOLAZO SIN CONTINUIDAD.

El equipo blaugrana recuperó el timón del juego con la pelota. De Jong, Gündogan y Pedri hilaban el fútbol mientras Sergi Roberto intentaba ser ese jugador indetectable llegando al área de Nacho, Rüdiger y Lunin. Reconstruyendo el partido.

Y llegó el premio que minutos antes el meta blanco le quitó a Ferran. Un despeje aéreo de Mendy y derechazo impecable de Lewandowski para volver a soñar. Resultó un espejismo porque era el momento de no bajarse de la ola. El Madrid respondió pasándose la pelota, adelantando líneas y sacando un penalti (de Araujo a Vinicius) que a la postre iba a resultar decisivo. Lo ejecutó el veloz extremo brasileño y tercero para él y el conjunto blanco.

Sucedió en el minuto 40’ y aunque pareciese demasiado castigo, la realidad es que el Barça defendía y atacaba por debajo del nivel que ofrecían los compañeros de Lunin.

El fútbol lo quería poner el equipo de Xavi pero Balde no sacaba rentabilidad a sus posiciones avanzadas y, en la otra banda, a Mendy lo protegían mejor Kroos, Nacho o hasta Tchouaméni. Descanso.

3. SEGUNDO ACTO PARA EL MADRID.

Estaba claro que si el Barça no reaccionaba en el reinicio llegarían cambios de jugadores y de esquema. Y así sucedió porque aun teniendo el balón en ese tramo de partido, el área blanca no fue asaltada.

Quedarse en el tres/cuartos, pese a la creatividad de Pedri, no fue buen negocio ante la solidaridad defensiva de Valverde, Kroos y Tchouaméni. No había por donde meter la pelota y Xavi apeló a jugadores de uno contra uno, Joao Félix y Lamine, más el llegador Fermín.

Hubo cierta agitación con el nuevo esquema pero sin generar intimidación en área blanca. Sólo Lamine probó los guantes de Lunin en un tiempo restante que finiquitó Rodrygo con el cuarto de la noche. Antes, Araujo fue expulsado, Joao Félix casi hace el gol de la noche y, por suerte para el cuadro blaugrana, no llegó más castigo.

No hubo cambio de click pero la Copa es otra oportunidad. Con la mente reseteada y el mono de trabajo en Salamanca.