Mònica Planas

Tanto los informativos generalistas como los espacios deportivos se hicieron eco ayer de la amenaza de atentados a los estadios que acogían partidos de Champions. Es lógico que se informe a la audiencia de esta situación y que los medios reaccionen dando detalles de las medidas de seguridad y ofreciendo los mensajes de tranquilidad de las autoridades responsables. Lo que no es tan normal es que algunos programas vayan a remolque no solo del clima de alarma que pretenden crear los yihadistas, sino que se recreen en su propaganda. La reiteración visual en el cartel de la amenaza ya es incomprensible, porque no hay nada que guste más a estos grupos extremistas que ver cómo su mensaje se viraliza. Misión cumplida. En ‘El Desmarque de Cuatro’ nos mostraron el cartel con zooms sobre la imagen para potenciar su efecto intimidante. Complementaron la noticia con imágenes de archivos de los recientes atentados a una sala de conciertos en Moscú y de los atentados en París en 2015. También incluyeron imágenes de relleno obtenidas de vídeos de propaganda que utiliza el ISIS exhibiendo algunos de sus miembros armados y en actitud violenta. En ‘El Golazo de Gol’ recurrieron repetidamente al cartel amenazante del ISIS, que servía de hilo conductor para señalar cada uno de los estadios amenazados. Hasta en cuatro ocasiones insertaron la imagen de la proclama que daba la orden de matarlos a todos. También incluyeron imágenes violentas del atentado de Moscú donde veíamos a los terroristas disparar contra la gente y algunas escenas del asesinato a tiros de dos aficionados suecos antes de que su selección se enfrentara a Bélgica en las eliminatorias de la Eurocopa. También, de relleno, incluían algunos fragmentos de vídeos de propaganda de Estado Islámico.

Una cosa es advertir a la población de la existencia de estas amenazas e informar sobre las medidas de seguridad. Y la otra, muy distinta, entrar en el juego de Estado Islámico y contribuir a su propagación del terror, con un corta y pega de sus amenazas, proclamas y publicidad de sus ideas. Es entrar al trapo de su difusión del terror. A Estado Islámico y sus derivados, les satisface comprobar como los medios generalistas se recrean en sus carteles amenazantes, recuperan episodios violentos de su terror y seleccionan los momentos más impactantes de su propaganda. Es alucinante la irresponsabilidad informativa, que convierte el lenguaje visual y los reclamos de los terroristas en simple material decorativo para su sensacionalismo. Es como ayudarles en su misión.