Mònica Planas

El lunes al mediodía, Antonio García Ferreras hacía una pausa en la tertulia de ‘Al rojo vivo’, en mitad de la información sobre el caso Negreira, para enojarse de forma repentina y soltar una perorata a la cámara levantando el dedo índice, dirigiéndose al entrenador del Barça: “Xavi, que ha estado veinte años beneficiado por Negreira. ¡Madre mía la que se ha montado con etas tres decisiones en el Bernabéu! ¡Para muchos el VAR sólo vale si perjudica al Madrid! ¡Hablan de atraco! ¡De robo! El robo del siglo es, por Dios, ¡haber comprado árbitros durante veinte años!”. García Ferreras rompía la dinámica de la tertulia habitual para desahogarse desde su púlpito. Un tono categórico, indignado, de agresividad contenida, de riña amenazante. Una actitud irritada que delataba una implicación emocional que dejaba atrás la distancia profesional y el periodismo para regodearse en la inquina y la entonación de menosprecio. La voz se le aflautaba y bajaba el tono, adelantando la cabeza y el dedo hacia la cámara. Ponía énfasis en algunas palabras y arrastraba las últimas vocales de final de frase. “¡Xavi sabe muy bien lo que es tener al número dos del arbitraje en nómina! ¡En nóminaaa!” Airado, hacía pausas dramáticas para sonar más trascendente. Y lo aderezaba con la mirada intensa clavada a la cámara y con el lenguaje corporal: unir el índice y el pulgar para enfatizar, golpear la mesa con el dedo índice… Una puesta en escena que incluso agriaba innecesariamente el ambiente del programa. García Ferreras se alejaba del tono periodístico para perder los papeles con una vehemencia apasionada que resultaba absurda. Delata inmadurez y nervios. Y resta capacidad de argumentación. Antonio García Ferreras, defensor del “más periodismo”, se mostraba exasperado. “¡Cuando Xavi era jugador del Barça, el Barça pagaba a Negreira y al hijo de Negreira! ¡Y tenemos a jugadores del Barça que pagaban al hijo de Negreira!”. Asombrosamente, los argumentos de Antonio García Ferreras fueron reproducidos horas más tarde por Real Madrid TV. Unir el caso Negreira al escándalo arbitral del Bernabéu a partir del razonamiento ridículo del “y tú más”. No es, precisamente, el mejor argumento para defenderse.

El martes, lo mismo

Al día siguiente, como reacción a las palabras de Laporta en la Gala de Mundo Deportivo, García Ferreras volvió a estallar. Y usando el mismo pobre argumento: “Este es uno de los tipos que ha estado pagando a Negreira y a su hijo!”. Le reprochaba que criticara la presión de Real Madrid TV. “¿Qué pasa? ¿Qué el Barça nunca ha presionado?”. Pero lo peor es la actitud de que se trata de algo personal y no profesional. Y esto resta credibilidad.