Mònica Planas

Esta semana, el melodrama del VAR ha llegado a niveles insólitos de esperpento. La versión enlatada y a posteriori de los audios con la tecnología de hoy en día no tiene ningún sentido. El método elegido para facilitar los audios del VAR a los medios evidencia las pocas garantías del sistema. La versión enlatada y en diferido permite las manipulaciones sonoras que convengan. Además, es obvio que el CTA nunca facilitará unos audios que los ponga en evidencia, revelen meteduras de pata o delaten su incompetencia. Además, nadie se comporta de la misma manera cuando sabe que está siendo grabado o escuchado. El método, que se publicitó como un sistema de transparencia, parece, en realidad, un recurso maleable de apoyo para cubrirse las espaldas en caso de polémica.

Las filtraciones de los audios a través de #Jijantes y que se han difundido después al resto de medios convierte ya en absurdos los protocolos de secretismo y emisión parcial. Cada programa los ha interpretado a conveniencia. En el caso hipotético que se pudieran escuchar los audios arbitrales, íntegros y en directo, el espectáculo mediático aún sería más delirante. No solo se rearbitraría el partido a partir de las jugadas polémicas, sino que entraríamos en una valoración de la actitud arbitral, los deslices, el tono y los errores a lo largo de los 90 minutos.

Hubo un tiempo que las repeticiones a cámara lenta y desde distintos ángulos llegaron a la obscenidad televisiva. En 2014, el famoso pisotón de Busquets al pelo de Pepe, llegó a repetirse hasta 327 veces en total en El Chiringuito. 151 veces desde un ángulo y 176 desde el inverso. Sirvió para que se gritaran unos a otros, pero futbolísticamente no aportó absolutamente nada.

Más allá de la incompetencia arbitral y agudeza visual de los colegiados, el problema es más mediático que futbolístico. Y la prueba está en como algunos medios siguen a pies juntillas los vídeos que emite Real Madrid TV. Es un elemento de presión y no de divulgación futbolística.

De momento, la gestión del VAR está sirviendo, en el aspecto mediático, para desconfiar aún más de los arbitrajes, dilatar el drama e incrementar aún más la inmadurez periodística del país.

El caso Rubiales

Algunos informativos, como el Telediario de La1, han optado por integrar las últimas novedades del caso Rubiales en el bloque de información generalista y no en el de los deportes. Una decisión significativa porque se entiende que la noticia, más allá de unos protagonistas de un determinado ámbito, tiene una repercusión social. Dirimir la naturaleza de un abuso y el proceso judicial que se deriva de ello tiene implicaciones más allá de lo deportivo que nos afectan a todos.

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La guerra de los audios

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26.01.2024

Mònica Planas

Esta semana, el melodrama del VAR ha llegado a niveles insólitos de esperpento. La versión enlatada y a posteriori de los audios con la tecnología de hoy en día no tiene ningún sentido. El método elegido para facilitar los audios del VAR a los medios evidencia las pocas garantías del sistema. La versión enlatada y en diferido permite las manipulaciones sonoras que convengan. Además, es obvio que el CTA nunca facilitará unos audios que los ponga en evidencia, revelen meteduras de pata o delaten su incompetencia. Además, nadie se comporta de la misma manera cuando sabe que está siendo grabado o escuchado. El método, que se publicitó como un sistema de........

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