Mònica Planas

La vida de Maradona nos la han contado del derecho y del revés, a través de documentales y ficciones, con él mismo como protagonista o a través de personas allegadas. Es difícil, a estas alturas, dar con nuevos puntos de vista originales para profundizar en el personaje. Pero si algún aspecto ha despertado la curiosidad de aficionados y espectadores ha sido el entorno de Maradona, tan conocido, investigado e influyente en el devenir del futbolista. Ahora, la plataforma Disney+ ofrece una serie que permite descubrir parte de ese entorno determinante de una manera bastante loca y entretenida. Se trata de la serie ‘Coppola, el representante’. Una ficción argentina de seis capítulos basada en el legendario representante de Maradona, Guillermo Coppola. La serie viene avalada por el guion de Mariano Cohn y Gastón Duprat, los creadores de producciones tan espléndidas como ‘Nada’ y ‘El encargado’ (disponibles en la misma plataforma).

‘Coppola, el representante’ arranca narrativamente en la etapa de Maradona en el Nápoles. El ambiente de la ciudad y el caos vital de esa época sirven para potenciar la esencia un tanto extravagante de la serie. Pero el guion tiene una singularidad clave: nunca vemos a Maradona a pesar de que su figura es omnipresente. Un hipotético Maradona aparece en llamadas telefónicas, es nombrado constantemente por los personajes y gran parte de la acción viene determinada por la biografía del futbolista. Conflictos, romances, transacciones económicas, viajes, fichajes, negociaciones y dramas familiares tienen que ver directamente con Maradona, pero es el gran ausente. Un magnífico recurso, porque el espectador lo tiene en mente en su esencia. Cualquier recreación del personaje o parodia hubiera arrastrado la ficción al absurdo y al ridículo. En contraste, la figura de Guillermo Coppola permite una mayor creatividad interpretativa. El actor Juan Minujín se pone en la piel del protagonista y crea un personaje a medio camino entre el homenaje y la caricatura. Resulta innegable que el género de la comedia blanquea en cierto modo los trapicheos y corrupciones varias del protagonista, llevando la narración a cierto esperpento cómico. Aun así, la serie no evita los episodios más oscuros de Coppola. Lo mejor de ‘Coppola, el representante’ es una narrativa que se empapa de influencias televisivas. Toda la cultura pop de los años ochenta y noventa afloran visualmente, en un juego divertido de géneros mediáticos y referentes cinematográficos. La serie es una manera inaudita de entender lo que rodeaba a Maradona, pero sin Maradona.