Mònica Planas

La plataforma 3Cat ha estrenado ‘Futbol modest’, una miniserie documental de cuatro capítulos que recupera el espíritu local y de comunidad a través del fútbol más humilde en Catalunya. El primer episodio se centra en los derbis de Barcelona entre el Europa y el Sant Andreu, el segundo se adentra en la pasión futbolística del Empordà a través del Palamós, el Cabanes y el Siurana. El tercero se fija en la personalidad del fútbol de Lleida y cómo ha encontrado en los equipos femeninos una forma de renovar la ilusión. Y el último, explora como en Tarragona el fútbol es una manera de fomentar la vida y los vínculos con el territorio.

La serie documental es sencilla pero muy bien hecha. A través de periodistas, activistas y escritores trazan un hilo conductor para explicar cómo el carácter de la zona influye, en cierto modo, en el espíritu futbolístico del lugar. De hecho, es una serie de fútbol, pero cada episodio empieza con imágenes que no tienen que ver con un terreno de juego ni con un balón. El primer capítulo arranca con imágenes de los edificios y los balcones que rodean el campo del Europa. El segundo, con gente del Empordà haciendo tertulia en un banco. También se entrevistan a jugadores, responsables del club, propietarios del bar, aficionados y trabajadores que viven su día a día en estos equipos o que han crecido en este ambiente.

‘Futbol modest’ es una mirada bondadosa, afectuosa y tremendamente nostálgica del fútbol de las divisiones inferiores. Esta melancolía se refuerza, incluso, visualmente. Las imágenes de las entrevistas donde los testimonios hablan del pasado se retocan para que adquieran el grano y el color propio de las películas domésticas de los setenta o de la tele de otra época. Es una serie que tiene también una lectura casi generacional. Cuando mira al pasado, en la mayoría de las ocasiones se remonta a los años ochenta, a través de recuerdos de la infancia de los protagonistas. Hablar de fútbol modesto es sinónimo de hablar del carácter de la zona, de las características del territorio, de cómo influye la climatología a la hora de forjar un talante. Es hablar del entramado social, del espíritu comunitario, del tejido asociativo. El fútbol es un síntoma más de una manera de ser y la serie intenta explicar un país a través del balón.

Los bares del fútbol

En el primer capítulo de ‘Futbol modest’ se entrevista a Chus Navarro, la propietaria del bar del Nou Sardenya, el campo del Europa. Ella animó a su padre a hacerse cargo del local y ahora ella es la responsable de ‘Ca la Chus’. “El bar es muy pequeño. Pero, por muy pequeño que sea, cabe todo el mundo”. Sin duda, los bares de los clubes de fútbol más humildes se merecen casi una serie aparte como retrato gastronómico y social del país.