Mònica Planas

El miércoles por la noche, Ana Pastor entrevistaba a Luis Rubiales en Punta Cana. La conversación, grabada 24 horas antes, quedó, en buena parte, desfasada. El sumario se hizo público una vez hecha la entrevista y Rubiales regresó a España antes de lo insinuado a la periodista. Fue una entrevista periodísticamente muy interesante y, sobre todo, muy oportuna. Pastor preparó un guion exhaustivo de preguntas cortas que no dejaban margen a Rubiales ni para pensar ni para divagar. El expresidente de la RFEF, sintiéndose acorralado, hizo gala de sus recursos habituales para defender su inocencia: el victimismo, la prepotencia y el melodrama. Ana Pastor mantuvo un tono próximo al de un juez en un interrogatorio para presionar al invitado. Cuando Rubiales se sentía agobiado y le reprochaba su insistencia, ella se cubría las espaldas: “Yo solo hago preguntas”. Pero lo cierto es que también añadía comentarios de reprobación y reacciones sarcásticas. La pantalla partida durante la entrevista para reforzar la idea del cara a cara, mostraba también las muecas de extrañeza y menosprecio a su interlocutor. Pastor incluso parecía molesta cuando no obtenía las respuestas que esperaba. Quizá no logró las contestaciones que deseaba, pero sí sacó tanto de quicio al personaje que se delató en su actitud. Es posible que ‘El Objetivo’ consiga algo más interesante para la posteridad: las insistentes promesas de inocencia de Rubiales y sus constantes negativas a los hechos que se le atribuyen, incluida su solicitud de un suero de la verdad, fueron tan contundentes que, en un futuro, con las investigaciones concluidas, igual permiten retratar aún más el cinismo del personaje. Luis Rubiales reaccionó televisivamente sobre la campana. Su aparición en laSexta eclipsó, en parte, los detalles del sumario y su detención. Se comportó como su propia cortina de humo.

Al día siguiente, fue el famoso tío Juan Rubiales el que diluyó la aparición televisiva de Luis Rubiales. Juan Rubiales apareció en ‘Al rojo vivo’ (LaSexta), en ‘La mirada crítica’ (Telecinco) y en ‘Todo es mentira’ (Cuatro) para cargar muy duramente contra su sobrino. Parecía sentirse empoderado y avalado ante la caída evidente del sobrino. Un tour televisivo de alta intensidad donde se despachó a gusto con datos, anécdotas y situaciones tan graves como esperpénticas. Pintó el retrato de un megalómano. El espectáculo de Rubiales contra Rubiales promete dar largas y entretenidas jornadas televisivas.