Pablo Planas

Lo que tenía que ser una herramienta para mejorar el fútbol, va camino de ser lo que acabe con él. El partido entre Real Madrid y Almería es uno de esos que pasará a la historia como vergüenza para el arbitraje español, que cada día se está quedando más solo.

Se quejan los árbitros, pero luego son los que están más protegidos. No se puede decir nada, ni opinar. A la mínima que uno se desvía un poco de la línea, sanción. Sino que se lo pregunten a David López. Y autocrítica, la justa. Así se va jornada tras jornada, con el cénit ahora en el Real Madrid-Almería, que ya ha sido intentar superarse.

Ha sido Francisco José Hernández, pero el arbitraje lo podría haber firmado cualquiera. Este es el nivel. Quien le cuente lo que ha sucedido en el césped del Santiago Bernabéu a alguien que no haya visto el partido lo va a tener crudo. O no, es tan fácil como decir que ahora el árbitro que está en el campo no pinta nada. Absolutamente nada. Solo vale lo del VAR. Tres acciones determinaron la remontada del Real Madrid. Y las tres, de armas tomar.

Primero no una falta, sino dos como un piano. Para todo el que haya jugado a fútbol, pero no para Hernández Hernández, de la sala VAR, ni para José Hernández. Que vieron mano de Kaiky, que la hubo, pero tras un empujón clamoroso de Joselu. No podía haber ninguna duda. Y ya la línea se siguió anulando el tercero del Almería, por una caricia en la cara de Bellingham que el árbitro principal vio y no consideró punible, pero que tras el VAR cambió de idea. Y se remató con un tanto anulado por mano a Vinicius, que fue mano, pero no, para los árbitros, que cada día se les entiende menos, tampoco.

Esta tónica es la de jornada tras jornada. Como la de no comprender a un técnico desbordado cuando, encima, añaden 11 minutos al crono. Pues no, roja a Garitano para terminar de coronarse. Igual José Hernández, así como el resto de personas con silbato en la boca, deberían replantearse que sus errores los pagan los clubs, jugadores y entrenadores, mientras que ellos se salen de rositas. Ah, no, que ahora se pueden escuchar los audios del VAR. Larga vida al cortijo.

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VARchornoso

7 0
21.01.2024

Pablo Planas

Lo que tenía que ser una herramienta para mejorar el fútbol, va camino de ser lo que acabe con él. El partido entre Real Madrid y Almería es uno de esos que pasará a la historia como vergüenza para el arbitraje español, que cada día se está quedando más solo.

Se quejan los árbitros, pero luego son los que están más protegidos. No se puede decir nada, ni opinar. A la mínima que uno se desvía un poco de la línea, sanción. Sino que se lo pregunten a David López. Y autocrítica, la justa. Así se va........

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