Pitu Abril

Noviembre de 2011. Partido de Liga entre Osasuna y Real Madrid. El jugador uruguayo Walter Pandiani sostiene un agrio enfrentamiento con Cristiano Ronaldo. Cansado de la actitud arrogante de Cristiano y de otros jugadores madridistas, Pandiani les espeta en la cara que el equipo del pueblo es el Barça.

Julio de 2010. Unos tipos normales procedentes del equipo del pueblo ganan el Mundial de Sudáfrica. Días más tarde, durante la celebración por las calles de Madrid, Álvaro del Bosque, el hijo de don Vicente, no se despega de su ídolo, Xavi Hernández, durante todo el trayecto. Álvaro es un chaval normal al que le gusta Xavi porque también es un tipo normal que forma parte de unos futbolistas que siempre ganaban sin presumir y goleaban sin humillar.

En aquellos tiempos, los colegas de la capital vivían instalados en la paranoia y hacían encuestas y preguntas del tipo: ¿Quién juega mejor, la ‘roja’ o el Barça?”. Era como ir al entrenamiento del Barça y preguntar quiénes la tocan mejor, los del peto amarillo o los del peto verde.

Era el Barça de Xavi, de Iniesta, de Puyol, de Pedro, de Busquets, de Piqué, y sobre todo era el Barça de Messi, el Barça que, pocos meses después de ganar el Mundial, le endosó una manita al Madrid de Mourinho. Para la prensa madridista las temporadas exitosas del Barça era algo insoportable, pero aún era más insoportable que los protagonistas fueran tipos normales, como Iniesta, que un día le sirvió un refresco a una señora mayor que lo confundió con un camarero, o como Xavi, que una tarde fue a una emisora de radio con su regalo para colaborar en la campaña solidaria de Navidad.

Entonces era fácil ser del Barça, apuntarse al carro ganador. No había debate. El equipo embelesaba con su juego y lo más importante: ganaba. Lo recordaba siempre Guardiola. El seguidor estaba con el equipo porque, además de jugar bien, ganaba. Ganar, ganar y ganar, y luego volver a ganar… como decía el añorado Luis Aragonés. Pero el fútbol no tiene memoria. Da igual lo que hayas ganado, pero por suerte también da igual lo que hayas perdido. Te valoran por tu actuación en el último partido. No hay ni pasado ni futuro, solamente presente.

Ahora ha empezado un nuevo ciclo o una nueva etapa, llámenlo como quieran. Y cuando empieza algo nuevo siempre surgen las dudas, y las dudas generan desconfianza. Pero es ahora cuando hay que estar más que nunca al lado del equipo. Hoy es el equipo el que necesita el aliento de sus seguidores. Que nadie espere una ayuda exterior para este club que dentro de once meses celebrará su 125 aniversario y que siempre ha pertenecido a sus socios.

En los últimos tiempos ha tenido que competir con los clubs-Estado y con equipos, algunos muy cercanos, que forman parte de grupos poderosos. Esgrimiendo sus valores por bandera y ejemplo de club integrador, da igual de dónde vengamos, del norte o del sur, como dice su himno. El Barça no tiene propietario porque es de todos, porque es y seguirá siendo el equipo del pueblo.

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El equipo del pueblo

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28.12.2023

Pitu Abril

Noviembre de 2011. Partido de Liga entre Osasuna y Real Madrid. El jugador uruguayo Walter Pandiani sostiene un agrio enfrentamiento con Cristiano Ronaldo. Cansado de la actitud arrogante de Cristiano y de otros jugadores madridistas, Pandiani les espeta en la cara que el equipo del pueblo es el Barça.

Julio de 2010. Unos tipos normales procedentes del equipo del pueblo ganan el Mundial de Sudáfrica. Días más tarde, durante la celebración por las calles de Madrid, Álvaro del Bosque, el hijo de don Vicente, no se despega de su ídolo, Xavi Hernández, durante todo el trayecto. Álvaro es un chaval normal al que le gusta Xavi porque también es un tipo normal que forma parte de unos futbolistas que siempre ganaban sin presumir........

© Mundo Deportivo


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