Pitu Abril

Susurros: Gündogan

El gran Carles Rexach lo cuenta de manera sencilla y con su gracia habitual. Dice Charly que si estás en un restaurante y no quieres que la comida (el balón) llegue a la mesa, no hay que atar al camarero (el delantero), es más eficaz atar al cocinero (el centrocampista). En el centro del campo es donde se cocinan las jugadas. El domingo, ante el Atleti, De Jong, Pedri y Gündogan confirmaron aquella máxima de Johan Cruyff de que los buenos jugadores siempre se entienden en el campo. Gündogan firmó su mejor actuación desde que llegó y fue el mejor aliado de De Jong y Pedri. Los “cocineros” volvieron a brillar en ataque y en defensa, y marcaron el tempo del partido.

Bramidos: Joao Félix

Lo llaman justicia poética. Tenía que ser él, titulaba un periódico de la capital. Y en efecto fue él, fue el jugador que no quería Simeone, el chaval que estaba triste en su exilio de Chelsea, el futbolista que vio la luz cuando su representante compró billete solo de ida a Barcelona. Y con Xavi volvió a ser feliz. El domingo, ante su ex… no, no, ante su actual equipo, Joao Félix marcó más que un gol, marcó un camino sin retorno. Su amor al Barça no es compatible con su regreso al Atlético. Allí ya solo calculan los miles de euros que pueden ingresar por su traspaso definitivo al Barça. Y aquí, que somos muy agradecidos, nos basta su juego y sus goles para adoptarlo.

Aullidos: Barça

Me comenta un amigo que el Barça es un club demasiado emocional. Y tiene razón. Pasamos del drama a la euforia con una facilidad pasmosa. Hace un par de semanas el Porto nos iba a echar de la Champions, el Atlético nos iba a pintar la cara y nos dejaría con un pie fuera de la Liga, y el Girona nos remataría con un triunfo histórico en el Olímpico. Ah, y Xavi ya no era el entrenador idóneo. Pues hoy estamos en octavos de la Champions, derrotamos de manera brillante al Atlético y Xavi vuelve a ser el mejor entrenador del mundo. Ahora, según lo que pase ante el Girona, seguiremos instalados en la euforia o volveremos a romper el carnet. Esto es el Barça, amigos.