Santi Nolla

El Valencia empató ante el Real Madrid y la Liga sigue muy abierta. Si el Barça ganara hoy en San Mamés (un partido muy difícil) se pondría a solo seis puntos de los blancos y el Girona si se impusiera en Mallorca, a cuatro. El encuentro de Mestalla estuvo repleto de polémica, con jugadas complejas, el VAR a tope y un final muy protestado por los madridistas.

El equipo de Baraja tuvo una ocasión muy clara para decidir el encuentro al final, pero Peter envió el balón a las nubes. El partido estaba acabado, pero Gil Manzano dejó que siguiera, aunque el tiempo reglamentario, con el descuento, ya se había cumplido. Y pitó justo antes de que Bellingham rematara de cabeza y lograra el gol que le daba la victoria. El silbato y el gesto de Gil Manzano fue anterior al gol. Con lo cual no debería haber polémica alguna. Pero con el Madrid todo es siempre más difícil. El Valencia se había adelantado con dos goles y llegó un golpe de suerte para el Madrid: un tanto en el último segundo antes del descanso, con una prolongación larga de la primera parte, llevó al vestuario a los dos equipos con el partido muy abierto. Ese gol (2-1) marcó la actitud del Valencia que debió salir en la segunda parte sin la confianza de un resultado amplio.

El encuentro, en justicia, era de empate. El Valencia de Baraja dio la cara y también tuvo el partido en sus manos. La presión de la ofensiva del Madrid fue muy potente, como siempre que no le beneficia el marcador. Después del lanzamiento del córner debería haber pitado Gil Manzano, pero dejó una última jugada y decidió darlo por acabado antes del centro, que es cuando se coloca el silbato en la boca y con el balón en el aire pita. Se entienden las protestas blancas, ya que suponían el triunfo y la decisión de acabar se produjo segundos antes del remate, pero el árbitro lo cerró antes de que el balón entrara. Ahora el Barça tiene la oportunidad de recortar esos dos puntos que el Madrid se dejó en Mestalla. No va a ser fácil ante el Athletic de Valverde, pletórico tras eliminar al Atlético de la Copa, pero con las piernas de sus jugadores cargadas después del trepidante partido del pasado jueves.