Xavier Bosch

El Leipzig fue superior al Madrid tanto en la ida como en la vuelta pero no ganó ninguno de los dos partidos. El equipo de Carlo Ancelotti se clasificó sufriendo lo indecible. De no ser por el gol mal anulado en Alemania, por las ocasiones marradas por Sesko en la ida y por las de Openda en la vuelta en el Santiago Bernabéu, hubiera saltado la campanada. El miércoles, el rival del Madrid no fue el Leipzig sino el propio Real. Un evidente problema de mentalidad, reconocido incluso por Ancelotti. Al haber ganado el partido de ida por 0-1, el equipo salió a pasar el trámite, a superar los 90 minutos y esperar el bombo del sorteo de cuartos. Insólito en el Madrid. En lugar de salir a ganar y a arrollar, fue de sobrado, sin un objetivo claro de tener que ir sí o sí por el partido y, al final, el remate al travesaño de Olmo no les llevó a la prórroga de milagro.

La lección del Madrid puede ser un consuelo para el Barça. En Nápoles jugó para ganar pero, a la postre, salieron con un empate. Así, los de Xavi Hernández saben que no les basta con el marcador inicial y, por lo tanto, no se podrán amodorrar esperando que transcurra el tiempo y mientras no marque el Nápoles todos tranquilos. Con el 0-1 hubiera podido haber esta tentación, o esta especulación inconsciente que, futbolísticamente, te mata. Cuando no sabes si tienes que ir a atacar o si te basta con defender, el lío mental se suele apoderar del equipo y, cuando quiere reaccionar, no puede. Con el 1-1 de la ida, los deberes están claros: no especular e ir a ganar el partido. No hay otra. Y cuando las cosas están claras no te lías, como el Real ante los alemanes.

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Empatar en Nápoles ¿fue, quizás, mejor que ganar el partido?

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08.03.2024

Xavier Bosch

El Leipzig fue superior al Madrid tanto en la ida como en la vuelta pero no ganó ninguno de los dos partidos. El equipo de Carlo Ancelotti se clasificó sufriendo lo indecible. De no ser por el gol mal anulado en Alemania, por las ocasiones marradas por Sesko en la ida y por las de Openda en la vuelta en el Santiago Bernabéu, hubiera saltado la campanada. El miércoles,........

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