Xavier Bosch
Si Laporta, Yuste y Deco quieren, de verdad, convencer a Xavi de que siga como entrenador del Barça y cumpla el año más de contrato que le firmaron en septiembre, tendrán que hacer los deberes. Y, el primero y fundamental, será conseguir que el Barça 2024-25 tenga un mediocentro como Dios manda, especialista en el tema, que no sean más “parches y malabares” por decirlo en los términos de Messi. Se largó Sergio Busquets, que fue el faro del equipo durante tres lustros, y no había recambio a punto en la casa. Y, fuera, lo que se consiguió fichar fue el plan D: Oriol Romeu. Después de una carrera solvente en la Premier, había sobresalido en Girona y, entre que conocía el ADN Barça y que era muy asequible económicamente (y Tebas lo dejaría inscribir en la plantilla del Barça), el pivote de Ulldecona recaló en Montjuïc. Romeu ha disputado 32 de los 43 encuentros, pero hace ya meses que todos se dieron cuenta de qué no era el mediocentro que buscaba el Barça.
Por ese puesto han pasado también De Jong, Christensen y Sergi Roberto. Incluso Gündogan, jugando con doble pivote, ha tenido que intentarlo en la trascendente zona de mandos. Juanma Lillo, mano derecha de Guardiola, dijo en una ocasión que “un equipo es lo que es su mediocentro”. Y así le ha ido al Barça esta temporada. Como si no fuese ya difícil tener que jugar como local en Montjuïc, lo ha hecho sin el jugador más especialista en el césped, junto al portero.
Como aficionado al fútbol, uno ve jugar a la Real Sociedad durante todo el año, en España y en Europa, y entiende por qué Xavi estaba encandilado con Martín Zubimendi. Era una prioridad, no era un capricho. Por cómo defiende, por cómo se coloca (con y sin balón) y, especialmente, por cómo mueve el equipo. Sus pases son fuertes, rápidos, decididos, con criterio... Su cláusula era de 60 millones. En las conversaciones telefónicas con el jugador, el vasco se mostraba interesado en recalar en el Barça. Al no poder hacerse la operación, estaba más que encantado también de jugar la Champions con la Real de su vida. Lo incomprensible fue contratar a Vitor Roque, joven, inexperto y para ser suplente del suplente, en el mercado de invierno y no poder acometer el fichaje del puesto básico en el equipo. Los 60 millones por uno y por otro eran los mismos, pero con otras condiciones de pago.
En fin... Zubimendi, la próxima campaña, no jugará la Champions con la Real. Sí que lo podría hacer con el Bayern, el Milan e incluso la Juventus, que van detrás de él. Sea quién sea el entrenador del Barça, sería una lástima que Zubimendi no formase parte del ilusionante Barça en construcción. Entre Zubimendi y Amadou Onana, del Everton, hay un abismo futbolístico. Si pretenden convencer a Xavi de que siga en el banquillo, no bastará con eliminar al PSG. Hay que apostar, decididamente, por una potente brújula como la de Martín Zubimendi.
Marcos Alonso podría jugar la próxima temporada en el Atlético de Madrid, según anunció la SER. Ahí se reencontraría con César Azpilicueta, antiguo compañero del Chelsea. Años atrás fueron los dos laterales titulares del equipo de Londres. Ahora, en el tramo final de sus respectivas carreras, podría ser dos buenos suplentes para Simeone. Pero, antes de marcharse del Barça, Marcos todavía puede ser útil para Xavi. Sin Alejandro Balde, y una vez Marcos se ha recuperado de su cirugía lumbar, le quedan ocho partidos de Liga (y un máximo de cinco de Champions) donde el lateral izquierdo puede tener minutos. Especialmente en Cádiz donde Cancelo, ahora reconvertido en lateral izquierdo, será baja por sanción. Hèctor Fort, también lateral derecho de formación, ya ha jugado por la izquierda cuando Balde y Alonso no han estado en condiciones. Sus dos años en Barcelona habrán pasado sin pena ni gloria. Lástima. Eso sí, llegó gratis, nunca ha puesto ningún problema, ni una mala cara ni cuando no le daban dorsal y, además, vivió aquí la muerte de su padre y vio cómo todo el barcelonismo quería a Marcos. Toca seguir. Y, en el Atleti, también cerrará un bonito círculo familiar.
El caso se está desenfocando por momentos. El portero del Rayo Majadahonda, Cheik Sarr, fue insultado repetidamente por aficionados del Sestao River que estaban detrás de la portería. El portero se fue a por ellos, a pedir explicaciones de por qué le llamaban “negro de mierda”. Ayer el propio jugador contó que “el ir a la grada y formarse lo que se formó, fue un calentón”. El árbitro García Riesgo le expulsó. Y, al ver la roja, el portero se dirigió al colegiado preguntándole el motivo. Las imágenes de televisión son muy claras. Sin embargo, en el acta del encuentro, García Riesgo que Sarr se dirigió a él “de manera agresiva”. No lo parece. Ahora, por este redactado, el jugador se expone a una sanción de ocho partidos. ¿No debería estar el mismo número de partidos el árbitro en la nevera? Los jugadores del Rayo Majadahonda, abandonando el terreno de juego, estuvieron a la altura. Los futbolistas del Sestao que dieron su apoyo incondicional, también. A partir de aquí, veremos cómo sigue el encuentro, qué pasa con la afición local, con el Sestao Deportivo y con Sarr, que ayer pedía perdón a regañadientes. El fútbol español, sin Vinicius de por medio, tiene la ocasión de sentar jurisprudencia con este caso. Si los estamentos dejan pasar la ocasión, más adelante deberá lamentarlo con más incidentes racistas.
1. Mateu Lahoz, ahora comentarista televisivo, considera un “bochorno” y una “locura” el gol anulado a Raphinha ante Las Palmas. ¿Le decimos lo que pensamos del gol que le anuló él a Messi, en la última jornada de Liga, que le costó el título al Barça y se lo dio al Atlético en el Camp Nou?
2. Roy Keane, ahora comentarista televisivo, considera que Haaland “es, casi, un jugador de cuarta categoría”. En el City, Haaland lleva marcados 81 goles en 88 partidos. En el Dortmund marcó 86 goles en 88 encuentros. Un petardo total. Roy Keane, en cambio, centrocampista del United, marcó 66 tantos en toda su carrera.
3. Maribel Meléndez, hasta hace un mes Directora Corportiva del Barça, ya es la nueva Directora General de Renta Corporación. No hay como ser buena ejecutiva, e íntegra, para recibir buenas ofertas enseguida. La fuga de talento del Barça, alarmante.
4. Xavi Pascual, ahora entrenador del Zenit de San Petersburgo, se sentará en el banquillo de Efes de Estambul la próxima temporada. Otra oportunidad perdida para el Barça.
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