Las consecuencias de que la ultraderecha esté presente en las instituciones las estamos padeciendo ya. Y son tan malas como era de esperar. Ni el cordón sanitario de Europa parece servir para frenar el peligroso retroceso en los derechos que conlleva el voto de los partidos de extrema derecha. Esta semana, al tiempo que la UE acordaba su política migratoria, con un endurecimiento de los requisitos de acogida, entre otras cosas, Macron aprobaba su nueva ley de inmigración con el voto favorable del partido de Le Pen. Es decir, una reforma en el país vecino que más que a los suyos contenta a la ultraderecha francesa. Tanto es así que el ministro de Sanidad francés, contrario a la norma, presentó su dimisión. Tratando de frenar su revuelo interno, Macron apelará al Constitucional francés para que verifique si la nueva ley de inmigración es legal y respeta los derechos fundamentales, porque para muchos no los respeta. También varias ONG y Amnistía Internacional alertan ya de que los nuevos requisitos marcados por la Unión Europea pueden vulnerar el derecho de asilo. Y ya sin aplicarse, no parece tan bueno aunque sea un acuerdo. El éxito la ultraderecha ya lo tiene con estar presente y votar, y su mayor victoria es conseguir meter sus propios temas en la agenda política para que partidos conservadores y de derecha los asuman para no perder votos. Peligroso ese acercamiento, y más que pacten con ellos como ya está ocurriendo. Increíble estar hablando en estos términos en Europa cuando se trata de personas y de sus vidas, de derechos humanos; cuando vemos a diario el drama de la inmigración en nuestros países, en nuestras ciudades y no somos capaces de ponernos en la piel de quienes lo dejan todo atrás para poder empezar una nueva vida con los mínimos derechos reconocidos. Y Francia está muy cerca. Demasiado. Al otro lado del Bidasoa, ese río en el que cada año mueren jóvenes al intentar cruzarlo para cumplir el sueño de una vida mejor. Eso son las fronteras. Como los Pirineos. Están muy cerca. Antes a otros también les tocó cruzarlas pero en la otra dirección. También escapaban de la ultraderecha, que siempre, antes y ahora, ha sido una amenaza para los derechos de las personas.

QOSHE - Europa y la inmigración - Alicia Ezker
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Europa y la inmigración

5 0
21.12.2023

Las consecuencias de que la ultraderecha esté presente en las instituciones las estamos padeciendo ya. Y son tan malas como era de esperar. Ni el cordón sanitario de Europa parece servir para frenar el peligroso retroceso en los derechos que conlleva el voto de los partidos de extrema derecha. Esta semana, al tiempo que la UE acordaba su política migratoria, con un endurecimiento de los requisitos de acogida, entre otras cosas, Macron aprobaba su nueva ley de inmigración con el voto favorable del partido de Le Pen. Es decir, una reforma en el país........

© Noticias de Navarra


Get it on Google Play