La realidad nos encoge el ombligo. ¡Con lo que nos gusta mirárnoslo! Los adolescentes navarros (14-18 años) salen mejor en consumo de alcohol que en el informe PISA (15 años). En este consumo, a la cabeza de las Comunidades Autónomas. En los conocimientos medidos en el informe, descenso de varias posiciones. En el BAR del ocio, mejor que en el VAR de la verificación en conocimientos académicos. Una pena.

El Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes analiza cada tres años las competencias Científica, Matemática y Lectora. Competencia matemática 2022: 492 puntos, sexta posición entre Comunidades españolas (2018- 503- nº1; 2015- 518- nº1). Científica 2022: 489, nº8 (2018- 492- nº6; 2015- 512- nº3). Lectora 2022: 478, nº9 (2018- 472- nº13; 2015- 514- nº3). Tendencia a la baja. Innegable. Informe tan extenso y prolijo que siempre se pueden encuentrar ramas a las que agarrarse en la lectura política oficial. Vericuetos por los que disimular la aspereza de la realidad. El retrato global, negativo.

La evaluación es imputable a los estudiantes, pero la raíz del fracaso está en el sistema. Mediocre e inestable. Poco estimulante. Educación y Salud públicas son columna vertebral de la calidad de vida de una sociedad. Ambas requieren aquí de mejora y fortalecimiento. El negocio privado, siempre al acecho de sus debilidades. Concertación y derivación son recursos complementarios, pero a partir de una solvencia contrastada de lo público.

Pagamos a precio escandaloso el sistema de peaje en la sombra aplicado a infraestructuras, invertimos en la reparación de la pasarela del Labrit más que el precio de construcción, soportamos deficiencias de filtración de agua en la flamante estación de Autobuses de la capital y una demora eterna en proyectos de comunicación por autovía y tren, adolecemos de un grave problema de vivienda... Hay Comunidades en peor situación. Consuelo de venidos a menos. Ya ni Copa. Para brindar por el ombliguismo.