La tristeza de la vida se ve a todas horas. Y en cualquier sitio. Es fácil y abunda. No obstante, no hay que olvidar la alegría de vivir, que es muy básica y que básicamente se basa en alegrarse de estar vivo. O sea, de no haber muerto aún. Cosa que, con toda probabilidad, ocurrirá tarde o temprano. Más temprano que tarde, en cualquier caso, Lutxo, viejo amigo. Ahora bien, escucha atentamente lo que voy a decirte: Los jefes de este mundo están ahí y no van a parar, eso no hay que olvidarlo nunca. En fin, estamos ahí, en la terraza del Torino tomando el café un lunes más y dice Lucho: Los jefes no van a soltar así como así sus cómodas jefaturas. Ni los privilegiados van a soltar así como así sus encantadores privilegios, le digo yo. Ni los acaudalados van a soltar así como así sus sólidos caudales, dice él. Al final, siempre llegamos a la lucha final. Porque, al final, siempre hay lucha, claro. Y tiene que haberla. Porque siempre es la misma. La llevamos en el ADN. Desde la era de las cavernas. Desde el árbol. Unos pocos tienen más y otros muchos tienen menos. Parece un juego de palabras, pero de juego no tiene nada, Lutxo. No obstante, lo de Palestina es otro Holocausto, le digo. Y en ambos han estado los judíos. En uno como víctimas y en el otro como verdugos. De modo que el tema de las nacionalidades importa y mucho. El tema de las nacionalidades ha importado siempre, dice Lucho, ojo con él. Las nacionalidades son terribles, hay que tener mucho cuidado con ellas, digo. Las nacionalidades son capaces de todo. Pueden sacar lo peor de cada individuo, dice él. Y tiene razón. En cuanto ves que la gente empieza a envolverse en sus banderas comprendes lo fácil que resulta suscitar la irrupción de la irracionalidad. Y lo difícil que luego es detenerla.

QOSHE - La irracionalidad - F.l. Chivite
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La irracionalidad

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14.11.2023

La tristeza de la vida se ve a todas horas. Y en cualquier sitio. Es fácil y abunda. No obstante, no hay que olvidar la alegría de vivir, que es muy básica y que básicamente se basa en alegrarse de estar vivo. O sea, de no haber muerto aún. Cosa que, con toda probabilidad, ocurrirá tarde o temprano. Más temprano que tarde, en cualquier caso, Lutxo, viejo amigo. Ahora bien, escucha atentamente lo que voy a decirte: Los jefes de este mundo........

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