Numerosos países del Occidente global harán un parón estos días para los festejos de la Navidad. Este hecho, que tiene grandes repercusiones en la economía global, concentra a la vez un gran flujo de comunicaciones de deseos de bondad, magnanimidad y solidaridad, poniendo como referente al personaje cuyo nacimiento se relata como gran acontecimiento histórico.

Sobre el personaje central de la Navidad, los expertos distinguen, en primer lugar, entre el Jesús real, el Jesús histórico y Jesucristo, el Mesías mitificado por las construcciones teológicas de los primeros siglos del cristianismo. Y sobre los relatos de la infancia de este personaje concluyen que, en realidad, son narraciones artificialmente añadidas a posteriori, como relleno a los enormes huecos que se tenía sobre ese difuso personaje llamado Jesús de Nazaret o Yeshua ben Yosef, perdido en el anonimato del común de los mortales. A este personaje, poco a poco, mientras se construía el ambiguo fenómeno sociocultural y político del cristianismo, se lo fue rellenando de mitos, creencias y dogmas teológicos. Un héroe teológico y, más aún, un superpersonaje divino, debía tener en su nacimiento y en su infancia, los prodigios de todos los héroes divinizados o semi divinizados de la antigüedad, como Hércules o Julio César.

A la hiperidealización y divinización del Jesús real le corresponde hoy la hipersaturación de la mención a valores que aun pretenden ser sustrato para dar cohesión a complejas sociedades modernas, que tienen que lidiar con sus complicadísimos conflictos, contradicciones y dilemas. Al personaje celebrado en la Navidad se le asocia con valores altamente importantes para sostener los débiles hilillos de humanidad, solidaridad, compasión y altruismo que apuntalan nuestras sociedades. Parece imposible que todavía se puedan sostener estos valores hoy, cuando sabemos que, ahora mismo, siguen masacrándose infantes y población civil en Gaza, o siguen contaminándose ríos y perdiéndose bosques de invaluable importancia para preservar el agua.

Probablemente en la entereza ética, intuida en la vida oculta de este personaje común a nosotros, está la clave para que esos valores tengan efectiva consistencia para construir sociedades mínimamente solidarias y justas.

UN POCO DE SAL

MIGUEL ÁNGEL MIRANDA H.

Filósofo y teólogo laico

[email protected]

QOSHE - Débiles hilillos de humanidad que nos sostienen - miguel Ángel Miranda Hernández
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Débiles hilillos de humanidad que nos sostienen

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22.12.2023

Numerosos países del Occidente global harán un parón estos días para los festejos de la Navidad. Este hecho, que tiene grandes repercusiones en la economía global, concentra a la vez un gran flujo de comunicaciones de deseos de bondad, magnanimidad y solidaridad, poniendo como referente al personaje cuyo nacimiento se relata como gran acontecimiento histórico.

Sobre el personaje central de la Navidad, los expertos distinguen, en primer lugar, entre el Jesús real, el Jesús histórico y Jesucristo, el Mesías mitificado por las construcciones teológicas de los primeros siglos del cristianismo.........

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