Los titulares de la prensa boliviana en estos primeros días del año se refieren directa o indirectamente a los conflictos relacionados con la “autoprorrogación” inconstitucional de los magistrados de los altos tribunales de justicia. Este hecho da cuenta de otro grave impacto negativo -aunque sea indirecto- que conlleva la destrucción de las instituciones democráticas en Bolivia con el incremento de múltiples y complejas controversias, que absorben todas las energías de los sectores y grupos sociales.

Esta reflexión viene a cuenta porque, estos días, me tocó revisar la obra del destacado intelectual boliviano Sergio Almaraz Paz, quien en su corta vida nos dejó tres ensayos que sobresalen en la reflexión sobre temas estructurales de la economía y la política del país, en un contexto similar al que vivimos hoy, tras la debacle y la degeneración de la Revolución Nacional.

Hoy, pese a estar viviendo un contexto similar al de Almaraz, a diferencia de los años en que él escribía (los 50 y 60 del siglo pasado), los debates legislativos, académicos y mediáticos no tienen como centro los temas estructurales de la economía y la política nacional en perspectiva de mediano y largo plazo. No es titular el asunto de los oscuros “convenios” sobre el litio por los que el gobierno de Arce está entregando el patrimonio nacional a empresas extranjeras. Ni es tema de debate profundo el futuro y horizonte de la política minera, principalmente, el descarado saqueo del oro con sus calamidades concurrentes de destrucción ambiental y creación de un súper estado minero disfrazado de popular, aliado de los grandes capitales de la minería transnacional y las cadenas de comercio global. No es tema que preocupe a las facultades universitarias la errática política energética e hidrocarburífera, lo que permite a un presidente de YPFB, salir a los medios con datos sesgados y promesas distractivas, mientras asoma una crisis del abastecimiento masivo de gas barato, factor clave en la estabilidad de la raquítica economía popular.

A la población le toca remar a contracorriente de esta desinformación y falta de debate público de los temas importantes, fenómeno derivado indirectamente de la calamidad en la que ha caído la institucionalidad democrática del país.

UN POCO DE SAL

MIGUEL ÁNGEL MIRANDA H.

Filósofo

[email protected]

QOSHE - Desinstitucionalización y pérdida de horizonte político - miguel Ángel Miranda Hernández
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Desinstitucionalización y pérdida de horizonte político

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05.01.2024

Los titulares de la prensa boliviana en estos primeros días del año se refieren directa o indirectamente a los conflictos relacionados con la “autoprorrogación” inconstitucional de los magistrados de los altos tribunales de justicia. Este hecho da cuenta de otro grave impacto negativo -aunque sea indirecto- que conlleva la destrucción de las instituciones democráticas en Bolivia con el incremento de múltiples y complejas controversias, que absorben todas las energías de los sectores y grupos sociales.

Esta reflexión viene a cuenta porque, estos días, me tocó revisar la obra del........

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