Según el libro del Éxodo, este es el quinto mandamiento en el decálogo normativo entregado por Moisés a un pueblo desorganizado, asentado en el desierto, tras ser liberado de la esclavitud y que no tenía idea de lo que era convivir en comunidad y en libertad.

Estudios arqueológicos han evidenciado este mismo precepto ético en otras culturas y otros documentos como el “Código de Hammurabi”, el Código de “Ur-Nammu” y el “Código de Lipit-Ishtar”. Todos manifiestan que desde la antigüedad se cultivó una alta consciencia del valor de la vida.

Miles de años después, este mandato retumba en nuestras cabezas cuando, con terror, hemos sido testigos, por ejemplo, de un padre que envenenó a sus tres inocentes hijos y posteriormente se suicidó; o del cruel asesinato de una madre y su hija, planificado por una persona que vivió 10 años en su casa como inquilino; o el caso de un conscripto que, ante su aparente muerte violenta en un cuartel, fue abandonado en un lugar desértico en la frontera con Chile.

Deprime ver cómo los lugares donde uno debería sentirse seguro, o las personas que deberían garantizar nuestro bienestar, se pueden constituir estas en verdugos y aquellas en casas de terror que amenazan contra el bien mayor que es nuestro derecho a la vida.

Por ello, ante la pregunta ¿cuánto vale la vida? no podemos quedarnos en un vacío “no matarás”. Estas palabras deben resonar en los corazones y la voluntad de la gente hoy. La reflexión de este precepto debe llevarnos a valorar la vida en todas sus dimensiones y a encarnar su respeto en el prójimo, el “otro” diferente. Hoy más que nunca es pertinente el reconocimiento del origen y de la vigencia del precepto “no matarás”, con el fin de darle sentido pleno y que no se quede en el papel, sino que trascienda todas las barreras socioculturales, comprendiendo que una sociedad que no cuida la vida está destinada a su autodestrucción.

No podemos seguir pasmados o tranquilos ante la realidad de la muerte de mujeres, de hombres y niños que podríamos ser nosotros mismos. Sea en Gaza o en Viacha, la Justicia nunca será Justicia sino se esfuerza por defender la vida de las personas y por hacer cumplir los derechos fundamentales y garantías expresadas en las altas normas de nuestros países.

UN POCO DE SAL

VIRGINIA QUEZADA VALDA

Socióloga y biblista

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“No matarás”

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16.02.2024

Según el libro del Éxodo, este es el quinto mandamiento en el decálogo normativo entregado por Moisés a un pueblo desorganizado, asentado en el desierto, tras ser liberado de la esclavitud y que no tenía idea de lo que era convivir en comunidad y en libertad.

Estudios arqueológicos han evidenciado este mismo precepto ético en otras culturas y otros documentos como el “Código de Hammurabi”, el Código de “Ur-Nammu” y el “Código de Lipit-Ishtar”. Todos manifiestan que desde la antigüedad se cultivó una alta consciencia del valor de la vida.

Miles de años después, este........

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