No se sabe con certeza si las cartas escritas a Timoteo y conocidas como “pastorales” en la Biblia, fueron escritas por San Pablo o por una escuela teológica post-paulina, aunque los estudios lingüísticos actuales se inclinan por lo segundo. Lo que sí se sabe es que el escritor tuvo una manera certera de prevenir a su primer lector, Timoteo, y a sus futuros lectores, entre ellos nosotros, de los peligros que vendrán en lo que denomina “los últimos días”.

Esta frase no se refiere a eventos apocalípticos en su tradicional concepción, aunque por lo angustioso pareciera, sino a finales de ciclos en los que la desgastada humanidad debe dar paso a una deconstrucción para resurgir, cual el caso de Noé y el arca.

En este caso, la descripción de II Tim 3 señala aspectos destacables:

- El autor advierte que los tiempos se pondrán difíciles por la degeneración del ser humano y la pérdida de valores en la cotidiana convivencia. La naturalización de lo malo habrá convertido a hombres y mujeres en egoístas, avaros, fanfarrones, traidores, despiadados; en suma, corruptos que aparentan ser buenas personas, pero son hipócritas.

- Es impresionante la descripción que hace del ambiente; no hay nada de mojigatería. El escritor habla de gente presuntuosa, lujuriosa, impulsora de la prostitución, de las bajas pasiones y que no les interesa para nada el conocimiento y la verdad.

- Realmente debió ser muy sobrecogedor lo que vio el autor en su sociedad, para describirla de tal modo. Sin embargo, él finaliza animando a Timoteo a ser diferente, a ser la excepción de la regla y a no dejarse engullir por el monstruo de la corrupción.

Algo así le tocó vivir al joven pastor Juan Wesley en la Inglaterra de siglo XVIII. Cansado de una sociedad corrupta, promotora de la explotación laboral en las minas, la prostitución y el trabajo infantil, decidió denunciar desde su púlpito, por lo que fue echado de su parroquia.

Wesley, en lucha contra un monstruo encabezado por las autoridades reales de ese tiempo, escribió en su diario algo muy importante: “de aquí en adelante el mundo es mi parroquia, porque un mundo mejor es posible”. Aunque las fuerzas se acaben, aunque los desafíos sean diarios y cada vez más fuertes, luchemos por “un mundo mejor posible”.

UN POCO DE SAL

VIRGINIA QUEZADA VALDA

Biblista, teóloga y socióloga

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Acerca de la devaluación humana

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24.11.2023

No se sabe con certeza si las cartas escritas a Timoteo y conocidas como “pastorales” en la Biblia, fueron escritas por San Pablo o por una escuela teológica post-paulina, aunque los estudios lingüísticos actuales se inclinan por lo segundo. Lo que sí se sabe es que el escritor tuvo una manera certera de prevenir a su primer lector, Timoteo, y a sus futuros lectores, entre ellos nosotros, de los peligros que vendrán en lo que denomina “los últimos días”.

Esta frase no se refiere a eventos apocalípticos en su tradicional concepción, aunque por lo angustioso pareciera, sino a finales de........

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