Para los latinoamericanos, hoy en día, nos es muy difícil comprender por qué aún existen las monarquías y cuál es el papel que estas juegan en pleno siglo XXI. Lo cierto es que, actualmente, existen alrededor de 43 países que tienen un monarca, aunque no todos estos líderes tengan las mismas funciones. Esto depende si se tiene una monarquía constitucional (en la que el rey es jefe de Estado y no jefe de gobierno) o una monarquía “absoluta” en la que la figura real también posee la jefatura del gobierno y cuenta con un poder más amplio.

En general, la mayoría de los países monárquicos constitucionales de la actualidad se encuentran entre los países económicamente más estables y con mejor calidad de vida. Además, las monarquías “legales” están lejos de oponerse a la democracia, posicionándose siete países signados por esta forma de gobierno entre los doce más democráticos. Por ello, la eficiencia de ciertas estructuras monárquicas parece ser fehaciente.

De todas las monarquías, sin embargo, ninguna captura el interés global de la forma que lo hace la familia Real Británica. Con una historia que se remonta siglos atrás, desde la dinastía Tudor con Enrique VIII, sus seis esposas y la fundación de la Iglesia Anglicana, el siglo de oro de la reina Isabel I, el auge del Imperio Británico con la reina Victoria (la llamada «abuela de Europa»), hasta el prolongado reinado de Isabel II. Reino Unido, en la actualidad, adopta una monarquía constitucional con un gobierno parlamentario e instituciones complementarias. Por ello, y a pesar de su gran relevancia, lo cierto es que el actual rey Carlos III es más bien una figura simbólica y ceremonial, mientras el verdadero poder recae sobre el Parlamento (legislativo) y el primer ministro (ejecutivo).

Sin embargo, el rey también tiene otras funciones, entre ellas, la de tener una reunión privada semanal con el primer ministro en la que este le informa sobre asuntos gubernamentales. Por lo demás, el monarca es el jefe de Estado no únicamente de los países que componen el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte), sino también de los 14 países que le juraron lealtad a la Corona y son miembros de la Commonwealth o Mancomunidad de Naciones que surgió de la desintegración del Imperio Británico.

En todo caso, más allá de las funciones del monarca británico, la figura del rey (y en general la Casa de Windsor) forma parte de la esencia, identidad e historia de una nación. Aunque su poder sea mayormente simbólico, el rey logra generar unidad nacional, proporciona un sentido de pertenencia y emerge como una personificación de estabilidad en tiempos de cambio, ofreciendo así, un sentido de cohesión. Sin olvidar, por ejemplo, los ingresos que genera la monarquía británica gracias al turismo.

Este lazo fundamental entre la monarquía y la población fue claro durante el reinado de Isabel II, tiempo en el cual se vio un claro apoyo a la existencia de la Corona. Sin embargo, después de su fallecimiento las encuestas demostraron menor apoyo al rey Carlos III, con solo un 58% de personas a su favor y una preferencia por el heredero, Guillermo de Gales. En definitiva, la familia Real Británica actualmente se enfrenta a varios desafíos y su permanencia como símbolo unificador y relevante en la sociedad moderna dependerá en gran medida de su capacidad para evolucionar y conectarse con las demandas cambiantes de su pueblo.

POLÍTICA, PAÍS Y MUNDO

Camila Ayala

Estudiante de Relaciones y Negocios Internacionales UPB

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Realeza en el siglo XXI: El impacto único de la familia Real Británica

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23.03.2024

Para los latinoamericanos, hoy en día, nos es muy difícil comprender por qué aún existen las monarquías y cuál es el papel que estas juegan en pleno siglo XXI. Lo cierto es que, actualmente, existen alrededor de 43 países que tienen un monarca, aunque no todos estos líderes tengan las mismas funciones. Esto depende si se tiene una monarquía constitucional (en la que el rey es jefe de Estado y no jefe de gobierno) o una monarquía “absoluta” en la que la figura real también posee la jefatura del gobierno y cuenta con un poder más amplio.

En general, la mayoría de los países monárquicos constitucionales de la actualidad se encuentran entre los países económicamente más estables y con mejor calidad de vida. Además, las monarquías “legales” están lejos de oponerse a la democracia, posicionándose siete países signados por esta forma de gobierno entre los doce más democráticos. Por........

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