Vi esta frase en uno de esos tantos mensajes que recibimos todos los días y, al parecer, era muy inspiradora, ya que muchos comentaban sobre ella en el contexto de la educación informal: podría describir nuestra manera de educar hoy a nuestros hijos; es decir, sin restricciones. Así que actualmente es normal permitir que aquellos hagan lo que deseen, bajo la premisa de que de esta manera no los sometemos y nos convertimos en sus “amigos”. ¿De qué otra manera podríamos guiarlos sino es auspiciando sus empeños? En general, la relación se construye eliminando cualquier intento de establecer límites. De hecho, palabras como “no”, “autoridad” y “castigo” suenan discordantes. En nuestra interacción con los hijos, no nos inspiran la prudencia ni la austeridad, sino sus insaciables deseos.

No obstante, entiendo que la frase busca explicar una de las características más fundamentales del ser humano: somos contingentes. Por ende, en lugar de simplemente cumplir los deseos, lo más sensato es comprender quiénes somos en profundidad. Es en este contexto donde surge la idea agustiniana: “Ama y haz lo que quieras: si callas, calla por amor; si gritas, grita por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor. Exista dentro de ti la raíz de la caridad; de dicha raíz no puede brotar sino el bien”.

Dado que somos limitados (imperfectos), San Agustín propone una forma particular de amor: la corrección fraternal. Esta constituye una de las maneras más desafiantes de amar, ya que a nadie le agrada ser corregido y, además, pocos disfrutan corrigiendo a otros. La mayoría interpreta la frase en cuestión desde el calor de las emociones. En consecuencia, si nos sentimos amables, seremos amables con los demás, cumpliendo así aparentemente con lo que indica la frase. Sin embargo, es más complejo que simplemente experimentar sentimientos benevolentes. La corrección exige un trabajo paciente sobre sí mismo. Por ende, el mandato del amor va más allá de nuestras buenas intenciones y se arraiga en el corazón mismo de nuestra humanidad, desde donde se da el encuentro con el otro (caridad). De este, solo puede surgir el bien o hacer lo que uno quiera.

CONSTRUIR COMUNIDAD

Domingo Ariel Garcete Aguilar

Director de las Carreras de Antropología y Filosofía y Letras, UCB

[email protected]

QOSHE - “Ama y haz lo que quieras” - Domingo Ariel Garcete Aguilar
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

“Ama y haz lo que quieras”

8 0
29.03.2024

Vi esta frase en uno de esos tantos mensajes que recibimos todos los días y, al parecer, era muy inspiradora, ya que muchos comentaban sobre ella en el contexto de la educación informal: podría describir nuestra manera de educar hoy a nuestros hijos; es decir, sin restricciones. Así que actualmente es normal permitir que aquellos hagan lo que deseen, bajo la premisa de que de esta manera no los sometemos y nos convertimos en sus “amigos”. ¿De qué otra manera podríamos guiarlos sino es auspiciando sus empeños? En general, la relación se construye eliminando cualquier intento de........

© Opinión


Get it on Google Play