Por cada día de bloqueo en el país, los empresarios, según la información que manejan, pierden cerca de 120 millones de dólares, además de que la imagen de la industria nacional se deteriora en el exterior por el incumplimiento de sus contratos, es decir, porque no pueden entregar a tiempo la mercadería que exportan.

Pero el daño a la economía nacional no solo se refleja en el rubro de la exportación, sino también en los miles de hombres y mujeres que trabajan por cuenta propia, porque no pueden vender lo que producen cada día, ya sea debido a que no llegan a sus espacios de venta o a que la gente está más preocupada en sortear los bloqueos en las carreteras que en apoyar a este sector de emprendedores.

En el caso de Cochabamba, la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba informó que, en dos días de bloqueo, este sector perdió 153 millones de bolivianos, lo que representa una estocada a la ya resentida economía de la región.

La irrupción de la pandemia del covid-19, en 2020, y las guerras en Ucrania y en Gaza han resquebrajado la ya debilitada economía mundial, por lo que los diferentes gobiernos asumen desde entonces diferentes estrategias para mejorar los índices económicos en sus países, algunos con más éxito que otros.

Algunos países están logrando vadear la crisis económica con mucho esfuerzo, estrategias ingeniosas, ajustando los cinturones de sus habitantes o reactivando al máximo sus industrias.

Y este esfuerzo tiene su recompensa, porque se logra estabilizar la economía, evitar que los precios de los alimentos se disparen y que el desempleo disminuya o por lo menos no suba en altos porcentajes.

Sin embargo, lo poco que se avanza en meses para mejorar la economía, se retrocede en solo algunos días, en este caso en Bolivia con los bloqueos de carreteras que paralizan gran parte de la industria y todo por intereses sectoriales o de un líder o político.

En las últimas horas, ante la consulta de la prensa, el ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, afirmó que se procesará a quienes están bloqueando y deteriorando las vías del país, pero no demandarán al jefe nacional del MAS, Evo Morales, porque eso sería permitirle que utilice esta protesta social como una palestra para afianzar su candidatura.

Es indudable que Evo Morales está en franca campaña con miras a las elecciones generales de 2025. Los que lo siguen, seguramente, ratificarán su apoyo, pero quienes se ven perjudicados por los bloqueos es probable que pensarán dos veces antes de votar por él.

Lo que no se puede admitir es que, por intereses personales o sectoriales, y más si se trata de temas políticos partidistas, el país sufra consecuencias a largo plazo, más aún cuando el riesgo de una nueva crisis económica amenaza a todo el mundo.