El narcotráfico es un delito de lesa humanidad que no “respeta” fronteras, por lo que es un problema que atañe a todos los gobiernos del mundo. En consecuencia, la solución a este acuciante problema debe ser encarada por la comunidad internacional en su conjunto.

En el caso de Bolivia, en los últimos meses se ha incrementado el número de incautaciones, lo que implica que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) está teniendo mejores resultados en el trabajo que realiza o que las organizaciones criminales están fabricando más cocaína debido a la incursión de narcotraficantes de otros países en territorio nacional.

En cualquier caso, es importante que la FELCN utilice las mejores estrategias posibles para impedir, primero, que los clanes de narcotraficantes sigan fabricando cocaína en territorio nacional o que la misma se transporte de un lugar a otro.

Las últimas incautaciones dan cuenta de que los narcotraficantes recurren a todo tipo de estratagemas para camuflar la droga y transportarla a otros países donde el precio por cada kilo se multiplica hasta alcanzar cifras millonarias.

En los últimos días, el presidente Luis Arce afirmó que la lucha contra el narcotráfico debe encararse de forma coordinada y regional, porque es la “respuesta correcta” en contra de este flagelo. Empero, el combate contra el narcotráfico no debería quedarse solo en el ámbito regional, sino que debe abarcar a toda la comunidad internacional para que los resultados sean más exitosos.

Si los países de la región asumen el compromiso de una lucha conjunta contra las drogas, los resultados serán aún más eficientes, toda vez que el intercambio de información es clave para que se desbaraten las mafias y cárteles que se dedican a este execrable negocio como es el tráfico de droga.

No se debe perder de vista que el narcotráfico trae consigo otros delitos como los secuestros, asesinatos, trata y tráfico de personas que degradan al ser humano y ponen en vilo a miles de familias en todo el mundo.

Uno de los últimos golpes al narcotráfico en Bolivia fue la incautación de más de siete toneladas de cocaína que se llevaban a Bélgica (Europa). Los dueños de la droga, al ser alertados, se dieron a la fuga.

La filtración de información confidencial o infidencia de parte de algunos funcionarios permite que los denominados “peces gordos” se pongan a buen recaudo, debido a que estos narcotraficantes son alertados y a cambio pagan miles de dólares.

Por eso es importante que las entidades de fiscalización descubran a estos malos funcionarios para sentar un precedente contra quienes atentan contra los intereses del Estado y la vida de las personas.