Aunque el proceso de revisión de los requisitos de los 715 postulantes para ser parte del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional marcha a media máquina, el Tribunal Supremo Electoral prevé que las elecciones judiciales se realicen a finales de septiembre, si todo marcha de acuerdo al cronograma previsto.

Empero, además de cumplir los plazos del cronograma planificado, los responsables de preseleccionar a los candidatos que terciarán en los comicios judiciales deben realizar una tarea imparcial, ecuánime, sin tomar en cuenta presiones de sus bancadas, porque para estos cargos se necesitan juristas competentes más que militantes que respondan a consignas partidarias.

El objetivo de este proceso eleccionario es que el Órgano Judicial se renueve para, luego, encarar la tan mentada reestructuración que reclaman moros y cristianos.

Pero eso se conseguirá, en parte, si se elige a nuevos magistrados y no a quienes han sido ya parte del Órgano Judicial por varias gestiones, en uno u otro cargo.

En ese sentido, un pedido que ha surgido en los últimos días es que las autoridades vigentes o las que han cumplido funciones en el pasado reciente retiren sus postulaciones a magistrados o, en último caso, renuncien a sus cargos actuales, “por ética”.

El ministro de Justicia, Iván Lima, por ejemplo, observó la postulación del vocal del Tribunal Supremo Electoral Tahuichi Tahuichi Quispe (inhabilitado), del presidente del Consejo de la Magistratura, Marvin Molina, y de otros vocales de tribunales electorales departamentales por considerar que no es “ético” y les pidió renunciar a sus cargos o retirar sus nombres de las listas de candidatos.

En otra asignatura pendiente, el número de mujeres postulantes es menor al previsto, por lo que incluso se abrió la posibilidad de ampliar el plazo para la inscripción, pero finalmente se descartó esta opción.

De los 715 registrados para la preselección, 186 son mujeres, quienes serán parte del proceso electoral en el que se debe elegir a los 52 magistrados que ocuparán sus cargos por los siguientes seis años.

Por eso es importante trabajar en incentivar a las mujeres para que se animen a participar en las elecciones judiciales venideras.

Sobre el tema de la renovación, es importante incidir en que los profesionales que ya ocuparon cargos durante una gestión o más ya tuvieron la oportunidad de aportar al Órgano Judicial, por lo que deben dar paso a otras personas.

Pero lo que sucede en este tipo de instituciones públicas es que algunos profesionales buscan en las mismas asegurar su estabilidad económica para sí mismas y sus familias, cuando el objetivo debe ser el de aportar a la buena marcha de la Justicia.