Un informe de la Defensoría del Pueblo evidenció que en los recintos castrenses se sigue aplicando castigos físicos violentos a cadetes y conscriptos y se intenta justificar como disciplina, no obstante que la normativa prohíbe las agresiones contra quienes se encuentran bajo bandera en los cuarteles o en las instituciones de formación militar.

Una encuesta realizada en 18 centros de formación policial y militar, aplicada a 1.500 personas, concluyó que el 77% de los cadetes y conscriptos fueron testigos de hechos de violencia que sufrieron algunos de sus compañeros, un dato que confirma que, pese a los esfuerzos realizados por varios sectores, no se ha logrado erradicar la violencia de estas instituciones.

En los últimos 10 años, según el informe de la Defensoría del Pueblo, se registraron 53 muertes de conscriptos en recintos militares y 362 casos de violencia.

Y con el fin de prevenir la violencia en los recintos militares, el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, dijo que se prevén ajustes a la normativa del servicio militar obligatorio que recibe cada año a miles de jóvenes en todo el país.

Novillo confirmó que hay militares que “cometen excesos”, por lo que, afirmó, se debe trabajar con las Fuerzas Armadas (FFAA) para erradicar estos hechos de violencia que en el pasado se consideraban “normales”.

Cualquier ajuste que se quiera lograr en las FFAA, en lo que concierne a los recintos militares donde se encuentran conscriptos y cadetes, debe partir por cambiar la mentalidad de los instructores de tropas, para que dejen de lado las agresiones violentas.

Sargentos y oficiales destinados a las unidades militares aprovechan su rango y el hecho de que un soldado no puede reaccionar, por la disciplina militar, para en muchos casos agredir a sus subordinados con tal violencia que pueden causar lesiones e incluso la muerte, como ocurrió en los últimos 10 años con el deceso de 53 conscriptos.

En los cuarteles y centros de formación militar se busca forjar el carácter de los jóvenes, porque siguen una carrera militar, pero eso no significa que se cometan excesos que pongan en riesgo la vida de quienes se encuentran en estos recintos.

Asimismo, es importante que quienes tengan la intención de ingresar a un cuartel para realizar el servicio militar obligatorio o a un centro de formación para oficiales se encuentren en buen estado de salud, porque la instrucción a la que se someterán es dura y exigente.

En todo caso, las Fuerzas Armadas deben apuntar a ser una entidad científica, al margen de que se siga exigiendo el aspecto físico como una condición para ser parte de esta institución que tiene como misión fundamental garantizar la integridad territorial y luchar contra delitos como el contrabando y el narcotráfico.